RELIGIÓN
Miles de fieles católicos vivieron ayer el Domingo de Ramos, sólo que a diferencia de ese gran colorido que se ha visibilizado cada año en las iglesias de Cuenca, del país del mundo entero.
Esta vez fue una manifestación religiosa con iniciativas de grupos familiares, barriales, expresadas físicamente con ramas, plantas, flores y hojas en cada vivienda, y compartiendo momentos especiales de oración, teniendo de por medio un guía religioso que oficiaba la misa, a través de medios de comunicación y redes sociales.
Una misa seguida por muchos fieles en la capital azuaya fue la oficiada en la mañana por el monseñor Marcos Pérez, Arzobispo de Cuenca por Telerama; estuvo acompañado de una religiosa y el músico, a quienes dio la comunión en la mano.
En su Homilía, expresó “… han ido apareciendo temas para nuestra meditación, que en otros años han sido relegados y que son muy importantes para los cristianos, por ejemplo la confianza en el Señor, el silencio, la oración, el sentido de nuestra vida, el cuidar de los ancianos, el valor de la familia y el diálogo entre sus miembros, el sentido del dolor, la vida eterna.
La difícil experiencia que vivimos todos, nos hace ver con más claridad que el gran protagonista de la Semana Santa es Jesucristo; Dios tiene sus planes que no siempre son los nuestros, habíamos preparado todo según nuestros criterios, horarios de celebraciones, grupos que debían intervenir, discursos, procesiones, o talvez algunos sin Jesús preferían la playa o el campo con amigos.
Pero se nos había preparado una verdadera Semana Santa, con Jesucristo Crucificado de carne y hueso, presente en los enfermos de coronavirus y de otros males; en las familias que sufren por hambre; en los religiosos, médicos, policías y militares, es decir ángeles que nos cuidan y arriesgan su vida por los demás, Jesús camia con su pueblo hoy más que nunca…”, expresó en forma muy emotiva.
En las Palmeras, parroquia San Joaquín, 35 familias se autocovocaron para colocar ramas y flores de sus jardines, en las puertas. Ángela Sigua, moradora del sector, dijo que esta acción fue para expresar la decisión de no alejarse de la fe ni del recuerdo de la llegada triunfal de Jesús a Jerusalén.
El sacerdote Ángel Morocho, párroco de Nuestra Señora de Miraflores, pese a su quebrantada salud, desde casa envió mensajes a través de whatsapp y pidió a los fieles seguir la misa con monseñor Marcos Pérez, con el Papa Francisco, y otros religiosos.
“La celebración de la Semana Santa, hoy más que nunca es en familia, como Dios quiere, y como lo han pedido nuestros gobernantes en estos momentos de pandemia. Gracias a Dios estamos en otros tiempos, los diferentes medios de comunicación y las redes sociales nos permiten estar unidos en la distancia”, fue el mensaje del párroco.(AZD)-(I)
Expresiones
de los fieles
La fe de los católicos y su creatividad se manifestó de muchas maneras, en Ochoa León una familia integrada por los padres y dos hijos, con ramas de eucalipto en sus manos, participaron de la misa virtual e hicieron una procesión desde el patio hasta la sala, mientras leyeron la Biblia en Lucas 19, 28-40.
En el barrio El Vergel, la convocatoria fue también, para que las familias en sus hogares sigan la misa de celebrada desde la iglesia por su párroco, y compartan pan, durante la comunión.