Ricaurte fue ayer una de las últimas parroquias rurales en declarar la emergencia sanitaria, de las nueve que presentan casos en Cuenca. Las acciones de prevención van desde cercos de movilidad hasta fumigaciones.
De acuerdo con las cifras presentadas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal, Chiquintad, Sayausí, San Joaquín, Sinincay y El Valle con un caso, Nulti con dos, Ricaurte con tres, Baños con cuatro y Turi con 12, son las parroquias rurales con contagios.
Molleturo, Checa, Chaucha, Victoria del Portete, Tarqui, Cumbe, Quingeo, Santa Ana, Paccha, Llacao, Sidcay, Octavio Cordero y Checa aún no han presentado casos positivos, pero las medidas de prevención no son menores.
Carlos García, presidente del Consorcio de Juntas Parroquiales en Cuenca, indica que los bajos presupuestos y las limitaciones en cuanto a la competencia de salud complican las acciones contra el virus, “pero estamos luchando con todo lo que está a nuestro alcance” para evitar la propagación.
El sociólogo Felipe Torres indica que estas zonas son especialmente vulnerables pues sus comunidades, especialmente las más alejadas, tienen limitado acceso a la salud y presentan comorbilidades como discapacidades y población adulta mayor, lo que incrementa el riesgo de decesos.
Desde el Municipio, el alcalde Pedro Palacios informó que se ha estado colaborando con las parroquias en fumigación y kits de alimentos, algo similar a lo que se implementa desde la Prefectura.
Esto ayuda “pero no es suficiente” según Luis Guamán, presidente de la Junta Parroquial de Baños, que pide mayor colaboración de las autoridades a nivel cantonal y provincial.
Acciones
La entrega de kits de alimentos es la principal acción emprendida desde las juntas parroquiales, la mayoría de gobiernos seccionales ha destinado sus recursos a la compra de medicinas, insumos de protección y comida para llevar a las poblaciones en el cerco epidemiólogico.
Estas acciones, explica el jefe político de Baños, tienen como fin evitar que los contagiados, sus familiares o allegados salgan de sus hogares.
Hay parroquias donde las acciones han ido más allá. En Ricaurte el presidente de la junta, Paúl Ávila, informó que todo el presupuesto de fiestas se ha destinado a la compra de insumos médicos y alimentos, mientras en Baños los vocales han donado sus sueldos para kits alimenticios.
El presidente de la junta parroquial de Turi indica que fueron los primeros en decretara la emergencia sanitaria ya que en ese sector se dio el caso cero en el Azuay, por lo que los recursos se van acabando y ahora piden ayuda al Municipio y la Prefectura.
Las parroquias piden también la presencia de agentes de tránsito y la Guardia Ciudadana para evitar el comercio informal, las aglomeraciones y las violaciones al toque de queda y a la restricción vehicular.
El presidente de la junta de Baños indica que las ventas informales “prácticamente se han tomado la parroquia” y a pesar de que se han hecho operativos con la Guardia Ciudadana estos resultan ineficientes. “Necesitamos más rigor”, aduce.
En Ricaurte se efectuó ayer un cerco vehicular en el que se retuvieron carros y se inició un proceso judicial contra un sujeto que conducía una moto sin ningún tipo de protección, se encontraba en estado etílico y provocó un choque por evitar los controles.
La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) apoya los cercos en las parroquias ubicadas en los límites de Cuenca como: Cumbe, Tarqui, Victoria del Portete, Molleturo y Chaucha donde hasta el momento no hay contagios.
El presidente del Consorcio de las Juntas Parroquiales sostiene que este tipo de controles son necesarios en todas las parroquias para que las restricciones que se aplican a nivel nacional también se cumplan en la ruralidad y las cifras de contagios no suban. (JMM)-(I)00