Azuayos están a la expectativa de los I Juegos Bolivarianos de la Juventud

Los triatletas cuencanos Ángeles Bonilla, Xavier Criollo y David Vega eran parte de la delegación ecuatoriana para los I Juegos Bolivarianos de la Juventud – Sucre 2020. Las competencias iban a desarrollarse del 17 al 30 de octubre, pero la Organización Deportiva Bolivariana las reprogramó para el fin de año.

Su presidente, Baltazar Medina, confirmó que el evento se llevaría a cabo del cinco al 18 de diciembre dependiendo del comportamiento de la pandemia. “Debemos tener la garantía de que no habrá riesgos de contagio para nuestros atletas y que, para entonces, todos los países hayan levantado las restricciones de vuelos y el cierre de fronteras internacionales”.

El entrenador azuayo Ángel Matute teme la deserción de atletas -en diversas áreas- post pandemia, por eso considera que, de haber todas las garantías, los Juegos deben realizarse este año como inyección anímica para los deportistas.

Recuerda que de postergarse el evento para 2021 y de mantenerse el límite de edad (17 años), Bonilla, Criollo y Vega ya no tendrían la oportunidad de participar. Reconoce que el nivel del certamen no sería el óptimo, pero todos irían en las mismas condiciones.

“Es importante para los chicos, para eso entrenan, para eso se sacrifican, nuestros entrenamientos son de cuatro a cinco horas diarias para una hora y un poquito más de competencia que es en la categoría de ellos”.

Matute afirma que, durante el confinamiento, sus deportistas cumplen la planificación en un 80-90 %. Para el control tiene el apoyo de los padres de familia quienes le envían vídeos de las sesiones y fotografías de los tiempos.

Advierte que en la cuarentena es difícil y hasta riesgoso desarrollar sesiones intensas, de allí que priorizan trabajos de fortalecimiento, fuerza y estiramiento adaptados al espacio e implementos disponibles.

“En la carrera a pie y en el ciclismo no se perderá mucho porque se gana un poco más de masa muscular, pero en la natación vamos a requerir cuatro a cinco meses para volver al nivel que tenían ellos”.

Según Matute, en las planificaciones de ahora las cargas son menores, casi un 50 a 60 % de lo que solían hacer en una jornada normal. “La parte anímica juega un papel importante. Una vez a la semana tienen una reunión por Zoom con la psicóloga. Es bueno que no escuchen siempre las palabras del entrenador”, concluye.

Preocupación por vuelos

Matute igual que un grupo de padres de familia están preocupados. Hicieron un esfuerzo económico en adquirir con anticipación los vuelos hacia Lima para la participación de sus hijos en el Sudamericano pactado para el dos de mayo. El viaja estaba programado para el 29 de abril. Por la pandemia todo se canceló. Ahora esperan que los vuelos no se echen a perder. (BST)-(D)

Bolivar Sinchi

Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, en la Universidad de Cuenca. Cronista deportivo por más de una década. Creador de contenido multimedia.

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