22 de abril, un día para la conciencia sobre mantener la armonía de los ecosistemas

El Día de la Tierra ha sido establecido con motivo de conmemorar y reconocer el esfuerzo de los países por mantener la armonía de los ecosistemas y recursos naturales, así como garantizar la vida saludable del planeta.

El 22 de abril recuerda a todos en el planeta la obligación de crear conciencia frente a los problemas que enfrenta la tierra.

Según las Naciones Unidas el 75% de las enfermedades infecciosas que aquejan al ser humano proviene de los animales.

La extracción desmedida de los recursos naturales representa un riesgo a la salud y los sistemas sanitarios se encuentran colapsados.

Al aparecer un nuevo virus, la ciencia necesita tiempo para estudiarlo y conocer el impacto en las personas. El proceso conlleva tiempo y pone en riesgo la vida de la humanidad, un claro ejemplo está presente con la pandemia generada por el Covid-19 que amenaza a los seres humanos, pero le ha dado un respiro al planeta.

Byron Real, antropólogo, especialista en vulnerabilidad social y riesgo, y conservación tropical y desarrollo, PhD y MA por la University of Florida, explica “Al degradarse un ecosistema se altera o incluso destruye los hábitats de especies silvestres, lo que con frecuencia conlleva a una reorganización de las cadenas tróficas, como mecanismo adaptativo a las nuevas condiciones que se presentan. Esto significa cambios en las relaciones predador-presa y, consiguientemente, nuevas vías de conectividad de patógenos”, enfatiza Real.

En este sentido, el ministro del Ambiente y Agua de Ecuador, Juan DeHowitt, señaló que Lo que estamos viviendo hoy, es un llamado de atención para replantear la importancia que le damos al cambio climático, a la protección del ambiente y a la conservación de las áreas protegidas en un escenario post Covid-19, como parte de las agendas de desarrollo de los países de la región para enfrentar los desafíos posteriores, tanto sociales como ambientales”.

Ecuador está entre los países suscritos al Pacto de Leticia que trabajan en construir una agenda para enfrentar las situaciones post Covid-19 para reactivar la producción sostenible y fomentar la bioeconomía.

Según Byron Real “no contribuir a la lucha contra el cambio climático, un país podría mantenerse en una situación constante de vulnerabilidad. Si bien es cierto que el combate al cambio climático es una tarea global, sin embargo, los países de manera independiente deben preparar a sus sociedades, actividades socioeconómicas, políticas públicas, para enfrentar escenarios adversos que alterarán de manera significativa su calidad de vida y fuentes de subsistencia”.

Las decisiones de políticas públicas para conservar y proteger la biodiversidad van a definir el futuro.

“La destrucción de ecosistemas podría significar abrir una caja de Pandora derivada del salto que los virus pueden dar de especie a especie y, por medio de las cadenas tróficas, llegar a los humanos. Igualmente, este peligro puede ocurrir con otros vectores de enfermedades como son las bacterias, los insectos, hongos, invertebrados, que al sentir alterado sus hábitats naturales, migran hacia otros lugares en donde por la ausencia de competidores, se convierten en plagas, epidemias o, como el caso del COVID-19, en una pandemia”, afirma Byron Real. (I)

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