Nueva civilización

OPINIÓN│

Desde hace algunos años se ha venido señalando que la humanidad atraviesa por una crisis de civilización, una mutación profunda de la sociedad mundial de sus formas de vivir, pensar y obrar, estructuras económicas, políticas, ordenamientos jurídicos, ideas, creencias, valores, paradigmas científicos y culturales.

En todos los países, más o menos ricos, se llegó a un hartazgo social, una pérdida del sentido de la vida, de rumbo, una especie de desierto espiritual y existencial en medio de una descomposición ética, la relativización de valores y de la verdad sustituida por la posverdad, la naturalización del engaño, el cinismo, la doble moral, la corrupción, el tráfico mercantilista de la salud y la vida, el despojo-apropiación, superproducción, desperdicio y degradación de la naturaleza. Una especie de suicido universal gestado por una cultura de la muerte.

De las entrañas de esta sociedad consumista y mercantilizada, invasiva y promiscua con los nichos naturales de los animales, motivada por el lucro, la acumulación y la idea del crecimiento ilimitado en un mundo limitado, surgió el Coronavirus, un ente diminuto que mostró las debilidades, injusticias e iniquidades de una realidad mundial en la que el homo sapiens se había endiosado y contrariamente hizo de la tierra un infierno.

El Covid-19 causa muerte, dolor, hambre y gravísimos daños, pero también es un chivo expiatorio que hace olvidar la responsabilidad en la tragedia social del capitalismo planetario salvaje e invasivo de la naturaleza. Para prevenir la destrucción de la vida, es necesario construir una nueva civilización con una economía respetuosa de la naturaleza, basada en la preservación de fuentes de agua, uso de energías limpias, cesar la expansión de la frontera agrícola, petrolera y minera, comercio internacional justo, protección universal de los bienes comunes de la humanidad, seguridad alimentaria, investigación y ciencia al servicio de la paz y la prevención de desastres, fortalecimiento del sistema mundial de salud pública y prevención de la contaminación, redistribución de la riqueza y erradicación de la pobreza, prevención de la violencia de género y racial, priorizar la educación de la niñez y una organización democrática de la ONU entre otros aspectos. (O)

REM

REDACCION EL MERCURIO

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