Los científicos también detectaron Menticirrhus, un pez de la familia Sciaenidae que hasta ahora sólo habitaba en el Golfo de México.
El director del Programa para el Medioambiente Humano de la Universidad Rockefeller, Jesse Ausubel, declaró que los hallazgos del equipo del doctor Stoeckle son consistentes con los previsto por las conclusiones del Censo de la Vida Marina, un programa que durante una década realizó un inventario de todas las especies del mar.
El Censo predijo que los cambios en las temperaturas de los océanos supondrá un cambio en los habitats de las especies marinas. Pero Ausuble también señaló que la localización de estas dos especies sureñas puede deberse a accidentes como la actividad de barcos pesqueros que arrastran hasta el norte especies del sur.
Ausubel también señaló que el estudio del doctor Stoeckle valida las capacidades del estudio del ADN medioambiental en agua, una técnica «innovadora, barata y de bajo impacto para vigilar las migraciones marinas, y los cambio de alcance, diversidad y distribución» de las especies.
Por su parte, para el doctor Stoeckle, la técnica del ADN medioambiental puede permitir conocer la abundancia de una especie al analizar la cantidad de material genético presente en el agua.
«Eso ofrece un salto hacia adelante potencial para la sostenibilidad de la pesca y la gestión de los océanos, mejorando la racionalidad con la que se establecen las cuotas de pesca y la calidad y fiabilidad de su vigilancia en todo el mundo», afirmó Stoeckle. EFE