Un estudio internacional coordinado por tres universidades de Barcelona y en el que participan varias latinoamericanas, evaluará el efecto acumulativo de la pandemia de COVID-19 en el comportamiento humano en más de 30 países.
En el trabajo participan más de medio centenar de investigadores de 20 universidades de 15 países americanos y europeos, y entre las universidades latinoamericanas figuran la Universidad Panamericana (México), la Universidad Santo Tomás (Chile), la Universidad de Concepción (Chile), o la Universidad de las Américas de Puebla (México).
El proyecto, denominado PSY-COVID, creará una gran base de datos para que investigadores y autoridades sanitarias de todo el mundo analicen los efectos psicológicos de las medidas de restricción de la movilidad que adoptaron la gran mayoría de países para intentar controlar el contagio del coronavirus.
El estudio estará basado en los resultados de una encuesta en la que los investigadores esperan obtener una participación masiva en más de 30 países.
«Esperamos averiguar si la intensidad y la duración de las medidas implantadas por cada gobierno, o bien diferencias socioculturales, son o no las responsables de la disparidad observada entre la población en la prevalencia de trastornos de ansiedad o depresión», explicó el coordinador del proyecto, el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Antoni Sanz.
Esto permitirá identificar a «colectivos que han sufrido los efectos con más dureza», entre los que algunos estudios avanzan que pueden estar «el personal sanitario y personas afectadas por cuadros severos de la enfermedad, en los que parece haber un gran número de casos de trastorno por estrés postraumático», añadió Sanz.
Esta base de datos puede permitir identificar factores que determinen el impacto en la salud mental, como las condiciones del espacio físico y el contexto social de cada persona durante el confinamiento o las restricciones de movilidad.
A diferencia de otros estudios que se han centrado exclusivamente en la salud mental, este también pone el foco en la capacidad de adaptación de las personas a circunstancias extraordinarias, especialmente en quienes registraron una mejor emocional tras superar circunstancias adversas como la enfermedad o el aislamiento social. EFE