OPINIÓN|
Fui invitada como ponente por la Asamblea al seminario internacional de fiscalización y control político; enfaticé en la diferencia entre control social y control político; y en la necesidad de fortalecer la función legislativa.
Por el principio básico de separación de poderes como técnica de organización constitucional, entre el ejecutivo y el legislativo son necesarios los frenos y contrapesos. Muchas veces el desprestigio de esta función, se debe a que la ciudadanía no entiende sus atribuciones, y constantemente es objeto de fiscalización por parte de los ciudadanos y los medios de comunicación.
Sin embargo, debilitar al poder legislativo es hacerle un flaco favor a la democracia. Si se impide actuar al legislativo como contrapeso del ejecutivo, este podría expandir su influencia más allá de las atribuciones que le faculta la Constitución y las leyes.
Los parlamentarios tienen la labor de legislar y fiscalizar y el electorado aspira a ser bien representado por ellos. Si se piensan en las causas más que, en las ideologías es más fácil obtener gobernabilidad, las primeras son por naturaleza, excluyentes; las segundas son de convocatoria pluralista. (O)