Desde hoy, Cuenca asume el color amarillo en el semáforo de restricciones para prevenir el coronavirus, esto implica cambios en el toque de queda y las actividades productivas.
Según el alcalde Pedro Palacios, una revisión de la normativa para el funcionamiento del transporte urbano, y la planificación, con el fin de evitar que se generen aglomeraciones en las paradas, hace que este servicio aún no esté disponible para la ciudad.
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Manolo Solís, presidente de la Cámara de Transporte de Cuenca, informó que las unidades están desinfectadas y listas para prestar sus servicios cuando el Municipio autorice su salida.
Guillerme Chaloub, director de movilidad de la Municipalidad, indicó que se está analizando modificaciones en las rutas para evitar que se dupliquen los servicios y garantizar que las frecuencias sean más cortas.
Así por ejemplo, si antes una persona esperaba diez minutos entre el paso de un bus y la siguiente frecuencia, ahora se busca que no espere más de cinco minutos.
Palacios acotó que se ha pedido al COE Nacional que se le permita a Cuenca aplicar la modalidad de “solo sentados” en lugar del 30 % de ocupación, con la finalidad de servir a más ciudadanos y tener un mejor control sobre las restricciones.
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De forma paralela se habilita desde hoy el servicio del tranvía de forma gratuita, esto como parte de las pruebas de formación ciudadana y como un aliciente para la movilidad en la ciudad.
Trabajadores como Carlos Espinoza, quien labora en una de las fábricas del Parque Industrial, espera que el servicio se habilite pronto ante la necesidad de trasladarse a su lugar de labores.
Por ahora las opciones para movilizarse son los taxis, la bicicleta y el vehículo privado siempre que tenga un salvoconducto o coincida con el último dígito de la placa autorizado para su circulación, según el cuadro dispuesto por la Agencia Nacional de Tránsito.
PRODUCCIÓN
Antes de que el semáforo cambie a amarillo, el COE Cantonal aprobó el funcionamiento de mecánicas, labores de construcción, industrias y comercio, esto a través de los protocolos presentados por cada gremio.
A la espera de “luz verde” se encuentra el gremio de artesanos, los ferreteros de la ciudad, el Colegio de Ingenieros Civiles del Azuay (CICA), los bares y restaurantes, el sector turístico y los centros comerciales.
El cambio a color amarillo permite el funcionamiento de las empresas públicas y privadas con un 50 % de capacidad de empleados presenciales, y del comercio con un 30 % de ocupación.
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Para cumplir esta reglamentación los locales deben contar con un protocolo de atención y las medidas de bioseguridad correspondientes.
Este es el caso de David Rea, quien tiene una peluquería en el centro de la ciudad y ya anuncia su reapertura controlada desde hoy.
Para poder recibir a sus clientes ha elaborado un protocolo que incluye la desinfección de manos y ropa al ingreso de su local, la exigencia del uso de mascarilla, y la medición de la temperatura con termómetro digital.
Adicionalmente sus empleados cuenta con trajes de bioseguridad, mascarillas y guantes para evitar al máximo posibles contagios.
Los resultados de la aplicación del semáforo amarillo serán analizados este viernes por el COE Cantonal para determinar si la ciudad continúa en amarillo, regresa al rojo, o se alista para ir hacia la luz verde y la nueva normalidad. (JMM)-(I)