Quito comenzó oficialmente este miércoles el proceso de desescalada de las restricciones impuestas por el COVID-19, tras 77 días de aislamiento que no impidieron 305 decesos y 3.842 contagiados oficiales provocados por el virus.
Aunque en las últimas semanas las calles de la capital ecuatoriana presentaban el aspecto de una vuelta oficiosa a la rutina, lo cierto es que la nueva normalidad de este miércoles ha sido manifiesta con la apertura de comercios y la reanudación del transporte urbano después de más de dos meses y medio.
VUELTA AL NEGOCIO
«Ecuador, en general, se está reactivando de a poco, porque hoy es el primer día que abrimos con atención al cliente», refirió a Efe Silvana Maza, dependienta de una franquicia de productos de calzado y accesorios en una tienda ubicada en el norte de Quito.
Junto a un compañero que se afanaba en limpiar y desinfectar el escaparate del establecimiento y volver a colocar los zapatos y bolsos, Maza explicó que la empresa ha organizado al personal en equipos para implementar todas las medidas de bioseguridad indispensables para poder abrir al público, como fumigación y la adquisición de mascarillas, visores y gel antibacterial.
En su primer día de trabajo después de la declaración de emergencia sanitaria el 16 de marzo, la dependienta cree que hay buenas perspectivas de venta de calzado, indispensable sobre todo para los más pequeños, después de que la firma se lanzara al comercio electrónico hace un mes logrando mucha acogida.
El nuevo aforo permitido en la zapatería limita la presencia en la tienda de cinco clientes dentro y otros tantos fuera, aseguró la vendedora con el rostro cubierto por una mascarilla azul.
También abrieron este miércoles sus puertas muchas peluquerías, centros de estética, fotocopiadoras, lavanderías, tiendas de ropa y abundaban los vendedores ambulantes que en algunos tramos de las vías aledañas a centros comerciales buscaban al cliente ávido de mascarillas, protectores de visera plástica o guantes de látex a dólar y medio.
TRANSPORTE URBANO BAJO NUEVAS MEDIDAS
El Transporte Municipal volvió a operar desde las 05:00 hasta las 21:00 hora local, cuando entra en vigor el nuevo toque de queda dispuesto por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional.
Tanto conductores, como pasajeros están obligados a respetar la distancia y llevar mascarillas para poder viajar en transporte público.
Al ingreso de los pasajeros a las terminales, así como en estaciones emblemáticas, funcionarios municipales les toman la temperatura y en el suelo se han pintados círculos amarillos para indicar dónde deben aguardar su turno antes de subir a los vehículos.
El subgerente general de la Empresa de Pasajeros del Municipio de Quito, Juan Carlos Nájera, manifestó que se han puesto en marcha el corredores oriental y el trolebús.
«Hemos activado toda nuestra flota, tanto de articulados como de buses alimentadores con todas las medidas de bioseguridad para nuestros trabajadores», subrayó.
En total, 160 vehículos articulados, con capacidad para 160 pasajeros, podrán transportar entre 60 y 65, mientras que los no articulados, con espacio para 250, no permitirán más de 85, precisó.
En las paradas la actividad era supervisada por uniformados del Ejército, de la Policía Nacional y agentes de Control y Tránsito del Distrito Metropolitano de Quito.
Nájera cree que «la cultura nos ha cambiado» con la nueva normalidad, pero reconoce que en sectores del sur la situación es más conflictiva y que «si no respetamos, vamos a tener contagios».
Con una población de tres millones de habitantes, Quito tiene una extensión aproximada de 50 kilómetros en sentido sur-norte y 8 de ancho de este a oeste, y un casco histórico que divide una parte monumental y con un trazado urbano más regular hacia el norte, de una urbanización más caótica en el sur.
El transporte urbano es hasta que comience a operar el metro que se encuentra en construcción, la forma más popular de movilizarse.
REACTIVACIÓN GENERAL
En el Centro de Salud público de Guamaní, en el sur de la ciudad, usuarios y personal de salud se adaptaban este miércoles a las nuevas medidas tras la cuarentena, al igual que en otros 1.940 a escala nacional, que se han visto reforzados para poder atender consultas externas.
Asimismo, operarios municipales cortaban el césped de parques y parterres en toda la ciudad, que en algunos sitios llegaba a más de medio metro.
Se sumaban así a obreros de la construcción, que llevan semanas en un proyecto piloto de reactivación, y a repartidores de aplicaciones móviles, en su mayoría venezolanos, para quienes no ha habido un día de descanso durante la pandemia. EFE