OPINIÓN|
Al poeta le llamaron vate los antiguos -sin referencia a ningún garrote deportivo, que es bate- porque estaban convencidos de sus capacidades adivinatorias.
Y el que adivina, se anticipa al futuro, lo predice, profetiza en torno a él.
Quiero hablarles sobre un caso concreto y nuestro, pero voy a presentarles al autor, a quien muchos de Uds. conocen, pero quizás no como profeta. JOAQUÍN MORENO AGUILAR.
Él es hombre de gran formación académica, y tuvo en la secundaria algunos eximios maestros jesuitas, conocidos por sus calidades intelectuales.
Ha dedicado su vida entera al magisterio; es conocido por su agudo sentido del humor, que habrá de volcar en dos de sus obras narrativas, y en un tiempo colaboró, por ser dueño de hermosa voz, con el Coro Santa Catalina.
En 1974, con motivo del cincuentenario de El Mercurio, el periódico convocó a un concurso de cuento infantil. Su ganador, Francisco Delgado Santos, nombre clave de lo que se conoce como literatura infanto-juvenil, dice que muy pocas veces se ha premiado con tanta seriedad y abundancia en un certamen de esta naturaleza, pues incluía unos jugosos 10 mil sucres, diploma, medalla y un viaje pagado a Buenos Aires, para un seminario sobre la materia.
Yo venía escribiendo cuentos desde tiempo atrás. Había completado mi primer cuentario, como dirían ahora, LOS TIEMPOS DEL OLVIDO, que el eminente Santiago Páez considera una de las más bellas novelas breves del país, y, quizás tenga razón, respecto al género.
Me uní a mi cuñado Joaquín Moreno y juntos escribimos un delicado cuentecillo para niños, pensando en los nuestros, de corta edad, entonces.
Ganamos una mención, yo seguí de largo con mis tareas de narrador y mi vocación literaria, y Joaquín se dedicó de lleno a la docencia.
Con los años, ha publicado dos novelas humorísticas, que, por su gran risa, han gustado a unos, y creada resistencia en otros, los muy serios.
Y en los dos últimos años se ha dedicado al cuento. No es del tipo de escritor que anda buscando exhibirse, publicar, mostrar su obra. Por eso, a lo mejor Uds. no han oído hablar de un pequeño tomo espeluznante, CUENTOS DEL FIN DEL MUNDO (2019), que contiene LA GRIPE AZUL, especie de crónica anticipada del COVID. Búsquenlo, léanlo, me darán la razón. (O)