OPINIÓN|
Reutilizar es dar provecho a aquello que estuvo escondido a voluntad y estropeándose con el tiempo; si este reciclaje lo transformamos y lo contextualizamos a nuestra interioridad, estaríamos hablando de regenerarnos desde la esencia, rescatando un sentir débil y caído.
La regeneración de lo propio está dar sentido a lo que dejamos atrás, allí en el rincón de lo inservible, algo tan mundano en estas épocas. Regenerar es sanear, rescatar y volver a dar sentido a lo existente y que más razón que uno mismo. Vivir bien y bonito es rehabilitar lo que es desaprobado por muchos y por nosotros mismo ¡Y no es de sorprenderse! perdemos con tal simplicidad el valor del presente como un regalo de vida que convertimos en un constante desafío el vivir a plenitud.
Sin importar lo mucho o poco, desde lo subjetivo, perceptivo o material, los sueños se logran cuando palpamos y valoramos lo real, cuando sabemos dónde estamos, que tenemos y quiénes somos, de ahí en adelante todo es posible. Aspirar con más y mejor es benévolo y razonable siempre que no quede nada allí, en ese rincón del descuido o del olvido.
Las oportunidades para ser felices son muchas cuando entendemos que vivir a plenitud es hacerlo con honra, con voluntad, con pasión y humanidad y más aún cuando es compartido y disfrutado en comunidad; las personas no somos seres aislados, somos parte de un mundo con horizontes sociales. (O)