OPINIÓN|
Para Emma Seppala, profesora e investigadora de Harvard, “cuando la confianza y la creatividad son altos, el estrés es bajo, los equipos son más felices y productivos” cita que podemos extrapolarla al hogar, para proyectar nuevas formas de comunicación asertiva que motiven mayores y mejores niveles de confianza y creatividad en casa.
La empatía, entendida como comunicación asertiva, constituye una destreza fundamental a desarrollar para convertir la comunicación en una relación multidimensional que integre voces y visiones diversas desde una perspectiva que procure convocar y provocar reflexiones, diálogos y aprendizajes colectivos.
Así, la sentencia de Galeano “desde el punto de vista del nativo el pintoresco es el turista” refleja el sentido mismo de la comunicación empática que entiende la diversidad que subyace en la posibilidad de puntos de vista antagónicos que no demandan conflicto sino amplitud y tolerancia.
Sin embargo buscamos desarrollar empatía para convencer, para poder transmitir mejor nuestras propias perspectivas e ideas, no para comprender; perdiendo de vista que escuchar es más cercano a un arte que a una habilidad o estrategia y, demanda del desarrollo simultáneo de la empatía cognitiva: equivalente a la capacidad de entender la perspectiva de nuestro interlocutor; la empatía emocional: que escucha los gestos y expresiones que rodean el mensaje; y, finalmente el interés empático: entender la necesidad de nuestro interlocutor.
Desarrollar empatía es la base de un nuevo paradigma de comunicación que pretende fomentar la confianza y la creatividad, cuando nuestra actitud, como definen Zenger y Folkman, cumple, para nuestro interlocutor, “la misma función que un trampolín cumple para un niño: darle energía, impulso, altura y progreso”. (O)