Grupos defensores de los derechos de los animales cumplieron un plantón con el fin de fomentar el cuidado de “los que no tienen voz”. Esto tras la muerte de “Angelito”, un perro de apenas cinco meses de edad que el pasado domingo fue colgado de una viga, en la terraza de una vivienda ubicada en de la parroquia Uchupucún, en la ciudad de Azogues.
El hecho de violencia causó indignación a varias personas. Ese mismo día, hubo un primer plantón en las afueras de la vivienda donde ocurrió el hecho, además grupos se movilizaron hacia las afueras de la Fiscalía para solicitar se inicie la investigación.
Ayer, los grupos de animalistas se concentraron en el parque central de Azogues, frente a las instalaciones de la Gobernación de la provincia del Cañar. Los participantes portaron carteles en los que plasmaron frases como: “Ni una pata menos”, “Justicia”, entre otras a favor de los animales de compañía.
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Maricela Arce, representante del grupo Francisco de Asís, indicó que la muerte del can a quien llamaron “Angelito” es un hecho que ha conmocionado y que no se puede volver a repetir. “Con las actividades de protesta se busca dejar huella en la ciudadanía para generar conciencia del cuidado de los animales”, expresa.
Arce señala que los hechos pueden ser investigados como un delito de acción privada, estipulado en el Código Orgánico Integral Penal (COIP). La sanción podría ser de uno a tres años de prisión.
La representante de los movimientos animalistas detalló que como parte de las diligencias hubo las pericias al cadáver del animal, las cuales revelaron que antes de la muerte hubo tortura. Lo que pedimos es que el caso no quede en el olvido.
“La condición del presunto infractor la debe determinar el Juez a través de los peritos pertinentes como psicólogos, psiquiatras y forenses”, reflexiona. -(I)