OPINIÓN|
Esta acuñación probablemente esté presente en algunos actores de la política que se apresta a entrar en escenario a propósito de las elecciones presidenciales de febrero próximo. Ni de lejos, los ecuatorianos debemos respaldar la eliminación del esquema monetario que rige desde hace 20 años, simplemente porque se convirtió en el principal activo del país.
Lo que sí debe sonar razonable, es exigir a los candidatos que, en sus propuestas de gobierno, nos digan cómo se va a financiar la recuperación de la economía, cómo se fortalecerá a los sectores de salud, educación y seguridad. Cómo vamos a mejorar la productividad en el país, cómo mejorar las ineficiencias en los servicios públicos….
La dolarización la debemos defender, y ésta se sostiene con la cooperación del sector privado y del sector público. Del lado privado, los agentes debemos trabajar en cada una de nuestras acciones con ética y dedicación, pagando nuestros impuestos, cuidando las fuentes de trabajo, tomando decisiones usando la técnica…, acuerdos para mejorar los costos etc. Del lado público, es donde se debe exigir todo lo que se ha dicho en este tiempo de pandemia: revisar el marco legal que pone trabas o interfiere en la recuperación de los dineros de la corrupción del gobierno anterior y del actual. Administrar con criterios técnicos no políticos el tema del endeudamiento interno y externo, la remuneración de los empleados con criterios de productividad, evitar que en los mandos medios de las instituciones públicas estén a cargo de amistades del gobierno……
La política fiscal debe apuntalar la liquidez de la economía y administrar los recursos públicos con honradez. Debe incentivar la inversión extranjera directa a través de una política tributaria clara y atractiva. De igual manera facilitar el comercio exterior con incentivos a la exportación y una adecuada regulación de las importaciones. (O)