OPINIÓN|
El retiro de la precandidatura presidencial de Cristina Reyes por parte del Partido Socialcristano (PSC), y su apoyo a la precandidatura presidencial de Guillermo Lasso, constituye un hecho trascendental en la vida político-electoral de Ecuador en los últimos años; lo que sin duda va a influir en las perspectivas electorales para febrero de 2021.
Resulta trascendental puesto que en las elecciones presidenciales de 2013 y 2017, donde Lasso figuró como candidato presidencial, el Partido Socialcristiano marcó distancias frente a Lasso y participó con sus propios candidatos presidenciales; hablándose incluso de la existencia de desavenencias personales entre el máximo líder socialcristiano Jaime Nebot y Lasso. Sin embargo, en la coyuntura actual del país, el PSC y Nebot parecen haber optado por una actitud política más realista y pragmática.
Se trataría de un cambio de actitud del PSC en la cual habrían jugado varios factores. Entre estos estarían: el reconocimiento de que la candidatura de Reyes no tenía ninguna posibilidad de obtener algún éxito electoral; la decisión de coadyubar a impedir un eventual regreso del correísmo al poder, fortaleciendo la candidatura de quien se presenta como el candidato presidencial más fuerte de la derecha (Lasso); y, las presiones de ciertos grupos de poder económico, a cuyos intereses representaría finalmente el PSC.
Ideológicamente este apoyo resulta coherente pues tanto el movimiento CREO de Lasso, cuanto el PSC de Nebot, al ubicarse en una tendencia de derecha coinciden en la defensa de un modelo económico y social que plantea fortalecer el papel del mercado frente al Estado, lo que conceptualmente se denomina como neoliberalismo. Además, ese apoyo a Lasso no es gratuito, sino que tiene como contraparte el respaldo de CREO a la consulta popular que planteó Nebot cuando anunció su decisión de no participar como candidato presidencial; una consulta que se convertirá para el PSC en una estrategia propagandística y electoral para fortalecer el apoyo a sus candidatos a asambleístas.
Con ese apoyo Lasso, que ya se benefició antes con las renuncias de Nebot y Noboa a ser candidatos presidenciales, competirá electoralmente más fortalecido. Todo esto mientras las otras tendencias asoman desunidas. (O)