El entrenador Luis Muñoz, de 67 años, no tiene certezas sobre su futuro, pero tiene claro que aún puede contribuir al atletismo azuayo tras superar una carrera muy difícil que le puso la vida. El 14 de agosto le dieron el alta de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital José Carrasco Arteaga donde fue internado, víctima de la covid-19.
“Realmente me siento sorprendido porque he pasado más de 20 días en estado de coma, podríamos decir, sedado con los medicamentos y entubado… viví un mes sin darme cuenta de lo que pasaba, cuando recobré el sentido ya estábamos en agosto… Diosito creo que recibió tanta oración, tanto pedido, que al final dijo ya, ya, déjale, déjale un tiempo más…”.
Muñoz es considerado uno de los precursores del atletismo azuayo. Encabezó un cuerpo técnico que entregó a la provincia y al país a grandes talentos como Adriana Martínez, Jefferson Pérez, Manuel Bravo, Corina Trelles, Mayra Carchi y las hermanas Lourdes y Fanny Chimborazo.
En la actualidad gestiona una prueba PCR en búsqueda del certificado “negativo” que le han pedido el neumólogo y cardiólogo para ser atendido. “Tengo problemas de tos… necesito ver cómo estoy”.
Un proyecto que sueña hacer realidad es capacitar a entrenadores en pruebas de campo. “Todo el mundo es entrenador, pero está metido en las carreras, y el campo prácticamente está botado. En los cantones los chicos vienen intuyendo como es un lanzamiento, el sato triple, nadie practica lo que es la garrocha, no se practica las vallas…”.
Lamenta que se le hayan cerrado las puertas desde que se jubiló en el 2013 en el colegio Manuela Garaicoa luego 38 años como docente. Confiesa que cayó “en un estado de depresión muy fuerte”, pero tuvo apoyo de su exalumno y actual presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), Manuel Bravo, quien le designó como Coordinador de Logística de la FEA, en los campeonatos nacionales.
Asegura que se jubiló del Magisterio con la intención de dedicarse a tiempo completo como entrenador de la Federación Deportiva del Azuay, nunca imaginó que también quedaría fuera de dicha institución después de 34 años de trabajo.
Recuerda que le denunciaron por supuesto incumplimiento de su contrato parcial, según el cual tenía que entrenar dos horas en la mañana y dos horas en la tarde. Muñoz dice que empezó a trabajar las cuatro horas en la mañana porque el Gobierno obligó a los docentes a trabajar las ocho horas en los establecimientos. (BST)-(D)
“El Gobierno ha gastado mucho en mi formación, el hecho de mandarme a especializarme en México, en Argentina, es algo grande, entonces creo que estoy en deuda todavía, pero no tengo la oportunidad de seguir ayudando”.
