OPINIÓN|
Luego de las críticas constantes a los procesos electorales de los últimos años, la desconfianza ciudadanía en el organismo es altísima. Lo que parece paradójico es que la opinión pública o más bien la opinión publicada, desprestigiaba sistemáticamente el -Consejo Nacional Electoral correísta elegido por el Consejo de Participación Ciudadana correísta-; luego de ser cesados por el CPCCS-transitorio liderado por Julio César Trujillo; se esperaba que cesen también las críticas; y que el CPCCS trujillista como lo llamaron; cure todos los males del sistema; pero no es así, continúa el desprestigio al actual CNE. Al parecer no se trata del organismo ni de las personas que lo conforman; es la clase política con intereses diversos que ayudados de otros sectores desestabilizadores están en contra de todo y a favor de nada.
Parafraseando la opinión en Twitter de Gerardo de Icaza, directivo de la OEA; es distinto criticar un sistema o autoridad electoral que sistemáticamente atacarlos, identificar deficiencias para subsanar es diferente a dañar la confianza en la democracia. Se han acostumbrado a relatar los hechos como les conviene; – me saque veinte o me pusieron ocho en el examen-; cuando las decisiones del CNE me favorecen es bueno, cuando no, el organismo es malo. Estas opiniones sin fundamento ni argumento nos perjudican a todos. (O)
