El país entró este lunes en un nuevo orden regulatorio en la lucha contra la COVID-19, en que la imposición de restricciones recae sobre los Gobiernos locales, mientras los sectores productivos reclaman menos trabas a sus esfuerzos por reactivar la economía.
Ecuador ha pasado los últimos seis meses bajo un estado de excepción decretado por el presidente Lenín Moreno, una medida que por ley no puede volver a renovar, por lo que quedan eliminados, entre otros, el toque de queda y la prohibición de fiestas privadas.
A partir de hoy, los Gobiernos locales deben encargarse de los temas de restricción de la movilidad que, por el momento, se basa en la circulación de los automotores dependiendo del último dígito de la placa entre pares e impares.
CORONAVIRUS EN AUMENTO
Con cerca de 119.000 positivos de COVID-19 y casi 11.000 decesos -entre confirmados y probables por la enfermedad-, Ecuador se enfrenta este lunes a una nueva rutina en la que el Gobierno ha pedido a la población mantener con rigurosidad el distanciamiento social, el uso de mascarillas y lavado de manos, así como evitar aglomeraciones.
Y aunque las medidas de control estatal se ven mermadas por la eliminación del estado de excepción, grupos sociales como los indígenas han decidido mantener sus controles para evitar el avance del virus que ha afectado a cerca de 3.000 miembros de sus comunidades, según un recuento elaborado por varios organismos, que cifran en 92 los decesos en el contexto de la pandemia.
Por ello, organizaciones como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) han dispuesto que en los territorios de las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades «se mantengan con rigurosidad las normas de prevención, protocolos de bioseguridad y control».
Además, que se adapten progresivamente, según las realidades específicas de cada territorio, a las actividades productivas sin descuidar la salud comunitaria.
«Para los pueblos indígenas la vida está sobre el capital, somos conscientes del golpe económico que significaron las fases de confinamiento, distanciamiento«, apuntó la Conaie, que destaca que ahora se debe levantar la economía.
CIFRAS «ESCALOFRIANTES»
Las dificultades económicas del país de 2019 se ahondaron con el coronavirus y en lo que va del año se han perdido «más de 20.000 millones de dólares a nivel nacional en ventas», dijo a Efe Carlos Zaldumbide, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Quito.
«Más de 300.000 personas han dejado de pertenecer al sector formal del empleo. Las cifras de desempleo a nivel nacional de enero a julio de este año están encima del 13,5 %, el empleo adecuado es apenas del 16,7 %«, dijo.
En Quito «esas cifras son aún más escalofriantes: tenemos más de 100.000 empleos perdidos y cerca de 10.000 millones de dólares perdidos a la fecha«, comentó al recordar que expertos económicos hablan «de un decrecimiento en 2020 para la economía de país entre un 9 % y un 10 %».
Esto genera contracción en todo el sector comercial y productivo, lo que, además, provoca focos de inseguridad, añadió al defender que en la actualidad se requiere de estabilidad y menos restricciones en cuestiones de movilidad.
«Necesitamos que este último trimestre mantengan ciertas reglas para que, con esa certeza nos podamos enfocar en la productividad, eficiencia y competitividad de los negocios», para poder mantener los empleos, dijo. EFE