El recuerdo del trajín que vivió Andrea Cárdenas con la educación de su pequeña hija, cuando se declaró la emergencia sanitaria por la COVID-19, todavía está presente. El desorden propio que llegó con la pandemia alborotó principalmente sus actividades como madre y como estudiante.
Por un lado tenía que estar pendiente de que su hija se adaptara a la nueva modalidad de estudio, y a su vez cumplir con sus responsabilidades en su hogar. Si bien lo más difícil ha pasado, todavía le cuesta adaptarse al acercarse el primer mes de clases.
No solo Andrea se ha convertido en su profesora, sino que tiene que ser su compañera: estar cerca de su hija es indispensable para ayudarle con lo que no entienda, aun cuando este año asegura que el profesor ha cumplido con las expectativas.
“Cuando empezó todo esto, los profesores enviaban demasiadas tareas y faltaba el tiempo para enseñarles. Ahora están organizados de mejor manera y uno busca cómo ayudar”, dijo Andrea.
Las instituciones educativas públicas, para el nuevo año lectivo, se han adaptado de acuerdo a sus recursos. Las estrategias son diversas, a pesar de que hay unos lineamientos establecidos por el Ministerio de Educación para el año escolar 2020-2021.
Gran parte de los profesores se basan en planificaciones semanales y para acompañar a las tareas han solicitado los textos escolares que, hasta la fecha, no se han sido entregados por la coordinación de Educación de la Zona 6 (Azuay, Cañar y Morona Santiago), a diferencia de otras coordinaciones, que desde hacía algunos días han elaborado planes para repartir los textos.
Los profesores han solicitado que se impriman, o por lo menos se descarguen los padres de familia los libros que se encuentran alojados en la página web: https://recursos2.educacion.gob.ec/textos/.
Sin disposiciones
A principios de septiembre, el Ministerio de Educación emitió un acuerdo en el que se establece los nuevos parámetros para la utilización de los textos escolares, que desde este año serán reutilizados porque en julio se dispuso que los padres de familia devuelvan los libros.
En el capítulo III del acuerdo está estipulado el proceso que se deberá seguir para la reutilización de los textos escolares.
Y a pesar de que las instituciones han almacenado los libros, no hay una disposición, por lo menos en Azuay, para que estos sean entregados a los estudiantes que esta semana ya cumplen 20 días de clases.
Ante ello, los docentes han optado por pedir que impriman los libros. En el caso de la institución que se encuentra la hija de Andrea, sí les han entregado los textos, pero estos están en mal estado.
“La primera semana nos entregaron cuatro libros. Y los cuadernos de mi hija está rotos, las hojas están sucias. Y nos toca controlar el uso. Hay que entender que son niños. Sé que es positivo cuidar el medio ambiente, pero no se puede estar detrás para que los libros que ya están usados sean cuidados”, opinó Andrea.
Diario El Mercurio solicitó una respuesta a la coordinación de Educación de la Zona 6 de cómo será la entrega de los libros escolares, sin embargo, hasta el cierre de la edición impresa del 24 de septiembre no se explicó sobre la distribución de los textos. (I)