El Gobierno ha establecido una escala de tres niveles de alerta para armonizar y simplificar las restricciones contra el virus, que en los últimos meses había venido negociando de manera individualizada con cada autoridad local.
El área metropolitana de Liverpool (norte de Inglaterra), donde viven cerca de 1,5 millones de personas, será la primera en situarse en el máximo grado de riesgo.
A partir de este miércoles, cerrarán sus puertas los pubs, bares, gimnasios, casas de apuestas y casinos de esa zona, donde los casos de COVID-19 superan ya los 600 por cada 100.000 habitantes.
Johnson avanzó en una intervención en la Cámara de los Comunes, que incrementará al mismo tiempo el respaldo económico a las empresas que se vean obligadas a suspender su actividad, así como la financiación para los municipios afectados.
«Entiendo lo duro que esto», pero «no podemos dejar que el NHS (sistema público de salud) se venga abajo en un momento en el que hay vidas en juego», declaró el primer ministro.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, que desde el inicio de la pandemia ha insistido en su voluntad de respaldar los planes del Gobierno, endureció hoy el tono y acusó a Johnson de haber perdido el control del virus.
«Tengo que decirle al primer ministro que en estos momentos soy profundamente escéptico sobre la posibilidad de que el Gobierno tenga un plan que permita controlar el virus, proteger los puestos de trabajo y mantener la confianza de los ciudadanos», declaró el líder laborista.
SEMÁFORO EPIDEMIOLÓGICO
En las últimas semanas, Johnson ha recibido críticas por la confusión que generaban la diversidad de planes locales para controlar los contagios.
El Gobierno se propone ahora armonizar esas medidas con un semáforo epidemiológico que contará con tres grados de alerta: nivel «medio», en regiones con menos de 100 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes; «alto», cuando se supere ese umbral, y «muy alto», si las medidas del segundo escalón no han servido para frenar el virus y el sistema sanitario corre riesgo de saturación.
El primer nivel, que cubrirá en un primer momento a gran parte de Inglaterra, obliga a cerrar los locales de hostelería a las diez de la noche y prohíbe reuniones sociales de más de seis personas, mientras que el segundo veta cualquier encuentro entre personas no convivientes que se celebre bajo techo.
Cuando se decrete el máximo nivel de alerta quedarán clausurados los bares y pubs, aunque se permitirá que continúen operando los restaurantes. Se otorgará margen para que los locales de hostelería comiencen a ofrecer comidas, lo que les permitirá continuar funcionando, aunque el Gobierno advierte de que los menús en oferta deberán ser sustanciales y no será suficiente con servir tentempiés.
Se recomendará no entrar o salir de esas zonas de máximo riesgo, si bien no se perseguirá ni se castigará a quienes lo hagan.
Los comercios no esenciales, colegios y universidades permanecerán abiertos, por ahora, en todos los escenarios que contempla el Ejecutivo.
Johnson puntualizó además que en las zonas con mayor incidencia de la pandemia se estudiarán restricciones adicionales a medida que pueden incluir el cierre de gimnasios, atracciones turísticas y salas de juego, entre otras.
La hoja de ruta del Ejecutivo británico no se aplicará directamente en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, con competencias propias para gestionar la pandemia, si bien Johnson subrayó que continúa en contacto cercano con los gobiernos autónomos para coordinar las medidas en el conjunto del Reino Unido.
PLAN ECONÓMICO
El Gobierno ampliará la cobertura de su plan de retención de empleo para las empresas que se vean obligadas a cerrar por estas medidas y pagará dos tercios del salario de los trabajadores que no puedan continuar desarrollando su labor.
También incrementará las ayudas directas disponibles para esas firmas, desde 1.500 libras cada tres semanas (1.660 euros) hasta 3.000 libras al mes (3.320 euros).
Aumentará asimismo en 1.000 millones de libras (1,1 millones de euros) el fondo para otorgar financiación adicional a ayuntamientos ingleses, que hasta ahora ascendía a 3.600 millones de libras (3.980 millones de euros).
Johnson ofreció al mismo tiempo mayor «apoyo» para reforzar los sistemas de rastreo de contagios y la ayuda de las Fuerzas Armadas para aquellas autoridades locales que lo soliciten.
INCREMENTO DE CASOS
El director médico del sistema sanitario británico (NHS), Stephen Powis, alertó de que ya hay más hospitalizados en el Reino Unido con COVID-19 que los que había antes de que se decretara el confinamiento de la población a finales del pasado mes de marzo.
Según los últimos datos oficiales, permanecen hospitalizadas con coronavirus 3.837 personas en el conjunto del país, de las cuales 442 requieren camas dotadas con equipos de respiración asistida.
En la última jornada, se detectaron 13.972 nuevos contagios y 50 muertes por coronavirus, hasta un total de 42.875 decesos desde el inicio de la pandemia.