El argentino Lucas Mancinelli, autor del doblete en el triunfo frente a Liga de Portoviejo (2-1), develó en rueda de prensa lo que le pidió su hijo Bautista, de siete años, antes del partido que se jugó en el estadio Alejandro Serrano Aguilar.
“Cuando lo llamo siempre me dice que se lo dedique si marco un gol, pero esta vez me dijo papá no quiero que hagas un gol quiero que ganen… Cuando terminó el partido, me acordé de él y fue lo primero que hice, lo llamé y él estaba más contento que yo”.
Mancinelli lleva cinco goles en la temporada con el Deportivo Cuenca. Sus celebraciones son únicas. Siempre se saca las canilleras, las muestra y las eleva al cielo. Las canilleras “me las mandé a hacer apenas llegué al Ecuador”. En la una está la imagen de su hijo y de su sobrina.
“Son mis dos angelitos que me guían desde allá, desde Argentina. Cada vez que hago un gol siempre es para ellos y siempre mirando al cielo porque hace poco falleció mi abuelo y él ahora me guía desde arriba”.
En la última victoria ante La Capira, Mancinelli se tuvo confianza para cobrar el penal. Sabía que de sus pies y efectividad dependía que su equipo de vuelta al marcador y sentencie un triunfo en casa que como club lo venía buscando desde hace casi un año.
Para el volante gaucho, la confianza y entrenamiento son claves para reducir la posibilidad que el arquero ataje el lanzamiento: “Yo me quedo entrenando tres, cuatro penales por día».
«La confianza la tengo y me la dan mis compañeros, el técnico, la gente… Cuando agarro la pelota siempre hago lo mismo, siempre hago tres, cuatro pasos para atrás y me focalizo en donde va a ir el tiro. Yo ya tengo pensado donde voy a patear”, añadió.
Deportivo Cuenca enfrentará este viernes a Universidad Católica en el estadio Olímpico Atahualpa. El grupo está convencido que deben salir a ganar todos los partidos incluso para presionar a la directiva y poder cobrar los sueldos atrasados. “Para sacar adelante todo esto debemos estar unidos y hoy lo estamos”, resalta Mancinelli. (D)