«Richard lo va a intentar todo por ganarla, lo digo porque lo conozco y sé que intentará hasta lo imposible. Le deseo lo mejor, sé que lo va a dejar todo en esa carrera, pero esta Vuelta pondrá en su sitio a cada corredor», dijo en una entrevista con Efe desde su localidad natal El Playón, en el norte del país.
Narváez confesó que le hubiese encantando estar con Carapaz en la Vuelta pero que no pudo ser debido a que tuvieron «calendario diferente» y a el le tocó el Giro. En los últimos días ha conversado con la ‘Locomotora del Carchi’ para «transmitirle mensajes de ánimo», desearle que le vaya bien y recordarle que pronto se verán por las colinas andinas de una región que es cuna de los mejores ciclistas del país.
Con los ojos puestos en los resultados de su equipo en la Vuelta a España, Narváez descansa después de su participación en el Giro de Italia, donde ganó la duodécima etapa pero del que tuvo que retirarse en la decimoquinta por una caída en una bajada.
Ahora está a la espera del calendario para el próximo año y con la expectativa de volver a los entrenamientos en dos semanas.
«Estoy recuperándome de toda la fatiga que se ha acumulado durante este año», señaló el corredor, quien prefirió no hablar de planes futuros o de si participará nuevamente en el Giro.
A sus 23 años, Narváez reconoció que prepararse en el páramo ecuatoriano le otorga tranquilidad, «especialmente en El Playón», porque «entrenar y reposar como un deportista de alto rendimiento lo requiere».
«Eso es lo que más me gusta del lugar donde me entreno», afirmó.
«El ciclismo me ha cambiado la vida, me ha dado cosas bonitas, le agradezco mucho a la bicicleta por todo lo que soy ahora, y el reciente Giro me impactó mucho mi vida», señaló.
Y restó importancia a las clasificaciones generales porque «lo primordial» para él «fue ganar la etapa en base de la actuación que se tuvo».
Con ello dijo haber confirmado que las posibilidades están ahí para todos, que «nadie tiene nada de extraterrestre, que todos somos tan seres humanos».
Más aun cuando a Italia llegó después de un falso positivo por covid-19 unos cinco días antes de la competición, lo que amenazó su participación.
Afortunadamente al final todo quedó en un susto, pero «fueron tres días de aislamiento, entrenando solo rodillo en el departamento».
Preguntado por Efe sobre el buen rendimiento de los ciclistas ecuatorianos, entre ellos Jonathan Caicedo, que ganó otra de las etapas del Giro, o Carapaz mismo, segundo en la clasificación de la Vuelta a 39 segundos de Primoz Roglic, Narváez subrayó que «se nota la motivación» por todo lo que están logrando y espera que el ciclismo de su país «siga con toda esa energía que tiene».
A este deporte llegó el joven corredor a los 13 años gracias a su padre, a quien «le gustaba mucho la bicicleta» pero «en calidad de aficionado».
Y reconoció que, aunque por ahora prefiere «no complicarse con otras cosas», en el futuro le agradaría enseñar, transmitir sus experiencias y vivencias a los niños y jóvenes locales.
En el norte de Ecuador, en la provincia del Carchi, existen al menos dos escuelas de ciclismo de alto rendimiento con vistas al desarrollo de una nueva generación como la actual, aunque se requiere de mayor apoyo financiero para consolidar el proceso.
«Me gustaría que todos los niños ecuatorianos fueran deportistas, no importa en qué deporte, pero que a través de él desarrollen sus ilusiones y los buenos valores para tener un Ecuador mejor», indicó.
Porque aunque la labor de un técnico es parte fundamental de la carrera profesional, destacó Narváez, «más lo es uno mismo», el dar todo lo que se tiene con espíritu de «superación». EFE