Le conocí a finales de la década de los 80’s cuando me cupo ser vicepresidente del Colegio de Economistas del Azuay. Un hombre serio, afable, pero muy firme; manejó con gran eficacia al gremio nacional y luego, su nombre y gestión se proyectaron fuera del país convirtiéndose en el año 93 en el presidente de la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe.
Su trabajo se enmarcó en el ámbito de los Seguros. Honró esta profesión de la cual fue uno de los mejores; hombre de consulta para quienes abrazaron esta compleja rama a quienes guió con paciencia y sabiduría, hasta hace un año y medio en que por sus propias palabras sintió un “acoso” brutal de parte de las “entidades de control” para declarar su “muerte civil”, viéndose obligado a separarse de su carrera a la cual tanto amó. Todos sus amigos, estamos convencidos que su lucha desde siempre contra la corrupción le ajustó cuentas. La claridad de Jorge Rodríguez Torres para entender por donde van los vericuetos de esta lacra asesina de la sociedad son inobjetables; su valor y prestancia para batallar desde siempre contra este mal que parece nunca acabar, son invaluables.
Como coordinador de la Comisión Nacional Civil Anticorrupción con otros ciudadanos de alma pura y cosas simples, algunos por sus respetables edades calificados por él mismo como los “sub 90´s o sub 80´s”, como Julio César Trujillo, Isabel Robalino de 99 años, Simón Espinosa, y otros, se convirtieron en referentes de esta sociedad, en la cual los buenos son muchos más frente a las camarillas de inescrupulosos a tiempo completo que pululan en el país…o están fuera. Han presentado una gran cantidad de demandas y pedidos a la Fiscalía para que se investigue a profundidad sus denuncias, muchas de estas archivadas. Sus indicios han sido claves, y bajo el concepto penal de la “presunción” no acusaron a nadie, pero pidieron con firmeza, se actúe de manera diligente en las investigaciones y aplicación de la justicia. En muchos de sus avatares, recibieron infinidad de elogios y también insultos de quienes les ven como un piedra en el zapato para sus actuaciones. Nunca olvidaremos cuando los nueve miembros de la comisión fueron demandados por el supuesto delito de “calumnia” por el tristemente célebre ex contralor Pólit, hoy condenado y prófugo de la justicia. El Ecuador vio con estupor como el abogado del supuesto agraviado pidió de seis meses a dos años de prisión y USD 100.000 dólares por cada uno de los miembros como indemnización; al fin, la pretendida e inconcebible demanda cayó por su propio peso
El problema central es que estos referentes de la sociedad ecuatoriana y su equipo de trabajo con su contingente moral que no recibe retribución económica a cambio, y más bien entrega bienes y persona, si no obtiene a tiempo el apoyo de las organismos de control y la justicia, se corre el riesgo de que algún momento empiecen a decaer. Por eso desde esta columna le decimos a Jorge y a la comisión, parafraseando la gran obra de Loren Eisele respetado escritor estadounidense, cuando preguntaba a un joven en la playa al verle lanzando algo: ¿qué haces? «devolviendo al mar estrellas de mar que las olas han sacado del agua, si alguna se salva habrá valido la pena”. Por favor sigan rescatando la decencia, para que no impere la impunidad. Gracias por todo!! (O)