La niñez, la naturaleza, el pasado y el consuelo son algunas de las expresiones que se han reflejado en una serie de dibujos pintados por un grupo de privados de libertad, quienes hace unos meses fueron parte de un taller organizado dentro del Centro de Privación de la Libertad Azuay (conocido hasta poco como Centro de Rehabilitación Social Turi).
El proyecto surgió cuando se conoció que, entre los internos que están en el pabellón de privación provisional de libertad, había personas que sabían dibujar y pintar. Con ello se vio una oportunidad de organizar un taller que sería denominado «Entre el arte y las emociones».
Los internos, con la coordinación de la psicóloga Laura Chulca, elaboraron un plan que después fue aplicado para el desarrollo del proyecto.
“Yo creo en el talento de las personas. A veces a los internos no han tenido la oportunidad, primero de expresar de manera metafórica sus emociones, principalmente las tristes y las de enojo. Y esta era una oportunidad. A nosotros no nos interesa que sepan dibujar. Solo queríamos que tengan las ganas de participar”, explicó Laura a diario El Mercurio.
En un taller que duró cuarenta horas, los internos aprendieron distintas técnicas que fueron aplicadas a un trabajo final. No obstante, el proyecto no quedó allí, y en una labor conjunta se logró un acercamiento con el departamento de Cultura del Municipio de Cuenca para realizar una exposición.
Trabajos
El 12 de noviembre, en la Casa de las Posadas se inauguró la exposición Anónimos. Once dibujos se colocaron en las paredes de una de las salas de la vivienda patrimonial. En ellos se ve rostros, árboles, familias, cruces, entre otros objetos que tienen distintos significados.
Por ejemplo: uno de los internos se dibujó fuera del Centro de Privación de la Libertad Azuay. Sobre él, en el cielo, está escrito «Mi esperanza».
“Cuando miro al cielo recobro la esperanza, junto mis manos y hablo con Dios, anduve perdido, extraviado en las absurdas excusas del camino oscuro, pero sustento de mi cuerpo es mi espíritu que no se quebranta y anticipa el mañana desde los rincones del cielo”, escribió el interno sobre dibujo.
En otra de las obras, un interno recordó un paisaje que vio cuando tenía seis años: el ferrocarril circulando por Monay, en 1978. En el dibujo se puede observar esa Cuenca en donde todavía los árboles y los cultivos son parte de la vida de los habitantes.
Los trabajos estarán expuestos por algunas semanas más. La Casa de las Posadas, ubicada en las calles Gran Colombia, entre Octavio Cordero y Miguel Heredia, atenderá entre las 08:30 y 16:45. (I)