Sorpresivamente ayer fueron decretadas nuevas medidas por el Presidente de la República y el COE Nacional, ante la amenaza del brote de una nueva cepa del Corona Virus, que según los expertos se contagia con mayor celeridad, lo que determinó que el Primer Mandatario del País ofrezca una rueda prensa, en la que se anunció que se vuelve a decretar el estado de excepción en todo el territorio nacional por 30 días, se declaró el toque de queda por 15 días de 22hoo, a 4 hoo, a partir de ayer también se decretó la ley seca de 22hooa 4 hoo, por 15 días, se anunció la restricción vehicular y la circulación de automotores de acuerdo al número de placa tomando en cuenta los pares e impares, se norma el funcionamiento de centros comerciales, la reducción del aforo de bares y restaurantes, el cierre de playas, el cierre de bares y discotecas, la limitación de reuniones sociales y la prohibición de quema de monigotes.
En síntesis retorna el desempleo y se agudiza la crisis económica, ya que los salarios no alcanzan para supervivir dignamente. Estas medidas deben meditarse muy bien, para poder ponerlas en vigencia, porque en vez de ayudar a la recuperación económica de los ecuatorianos sirve para agravar la miseria y la pobreza de la gente. La paralización de la producción que afronta Ecuador, traduce en un desgaste significativo del mercado laboral.
Las estadísticas apuntan a que el 83 % de la fuerza de trabajo está desempleada o en la precariedad y solo el 17 % de la población económicamente activa tiene un trabajo que cumple los requisitos mínimos legales. Ante ésta nueva situación los Ecuatorianos quedaron estupefactos ayer y consideran que la angustia volverá a los hogares ecuatorianos con impredecibles consecuencias, por el crecimiento de la ola delincuencial que se incrementará ante la impotencia de la policía que no avanza a controlar este mal que agobia a los ecuatorianos. Se aspira que las medidas adoptadas el día de ayer, se revoquen cuanto antes porque ello solo trae dolor y desesperación en los grupos vulnerables, ancianos y pobres de la patria. (O)