A pocos días de “apostar” el futuro de nuestro país se queman los últimos cartuchos de la campaña política; el llamado a la reflexión, motivación, sentido común y por qué no decirlo, convencimiento de algunos, es ahora más que nunca, el propósito es ganar, lo demás … está por venir
La historia ha marcado hitos y creería que este es uno de esos momentos de excelsa importancia. En cada sufragante pesa la gran responsabilidad del futuro de la patria que queremos entregar como legado soberano a nuestros sucesores; no obstante, hay criterios y criterios, algunos razonables, otros medianamente justificables y unos cuantos más huecos y desgastantes; por tanto, a decidir bien nuestro destino.
Prestigiosos académicos dicen que para que los cambios trasciendan, más aún los que respecta al área social, básicamente educación y salud, los primeros efectos se palparían en un mínimo dos décadas; desde esta lógica de cambio de mentalidad y corrección de conducta humana, la responsabilidad del voto a consciencia va más allá de la demagogia, es pensar a futuro, es invertir en el porvenir, es ahora para evitar arrepentirnos mañana. (O)