Nuevas variantes son más contagiosas y afectan gravemente a jóvenes

Desde el inicio de la pandemia, se han reportado al menos 40 variantes del virus SARS-CoV-2, que causan el coronavirus. De estas, tres son consideradas de mayor preocupación, por ser más contagiosas y resistentes a los medicamentos: la variante de Reino Unido (B.1.1.7), la brasileña (P1 / P2) y la de Sudáfrica (B.1.351).

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la variante británica puede transmitirse más fácilmente y sería un 65% más letal. Lo mismo ocurre con la variante brasileña, que genera mayor infección y demanda más anticuerpos para resistir al virus.

Actualmente, en Ecuador se han reportado casos de variantes de Reino Unido en Guayaquil y Zamora; de la variante de New York en Cuenca; y de la cepa brasileña en Loja, Guayaquil y Quito. También se conoce de la presencia de la variante andina, procedente de Perú y Chile (C.37), en otras localidades.

La preocupación surge también porque estas variantes afectan con igual intensidad a todos los grupos sociales (jóvenes y adultos mayores), y porque, al parecer, las vacunas que se están impartiendo muestran menor eficacia con estas cepas, puesto que se desarrollaron sobre la base de la proteína S del SARS-Co-V-2, antes de que mutara. Por ello, profesionales de la salud insisten en la necesidad de mantener los protocolos de bioseguridad, e incluso, recomiendan el uso de doble mascarilla.

“La mascarilla reduce en un 60 y 70% la posibilidad de transmisibilidad. La doble mascarilla es un factor adicional de protección para evitar el ingreso de partículas, especialmente de estas nuevas variantes”, refiere Bernardo Vega, exdecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca.

Sobre las nuevas variantes, Vega menciona que en quienes han recibido la vacuna (primera o segunda dosis), el período adecuado para evitar un contagio sería de 21 días, para que haya mayor efectividad en la vacuna, dado que la inmunización también podría causar mutaciones.

“Estas alteraciones o variantes generan cambios pequeños en los aminoácidos del virus, en la replicación, y eso puede hacerse ver en relación a una defensa que tiene el virus para sobrevivir (…) son justamente en estos procesos de inmunización parciales a nivel poblacional, las que más pueden generar mutaciones”, indica Vega.

El profesional agrega que, por ahora, se están haciendo investigaciones con programas pilotos en Ecuador para identificar cuáles son las variantes que afectan gravemente a la población joven, que presentan cuadros graves (internamiento en camas UCI o mortalidad).

“El año anterior teníamos más cuidado. El porcentaje de uso de mascarillas superaba el 95%, el distanciamiento social estaba en el 92%. En el 2021, vemos que el distanciamiento se redujo a un 75%, pese a las ordenanzas, y el uso de la mascarilla a un 82%. También la llegada de la vacuna, a pesar de que no la hayamos recibido todos, generó una falsa sensación de seguridad”, manifiesta Vega.

Asimismo, los feriados habrían generado aglomeraciones y dieron la posibilidad de que los contagios lleguen a un mayor número de personas.

“Quienes más han guardado el uso de mascarillas y el distanciamiento, son las personas que en un inicio decían ser las de mayor riesgo (más de 45 años). Los jóvenes creyeron que no les iba a afectar y la realidad es otra. Hay personas de 24, 25 años que están intubadas y muchos están muriendo. Las nuevas variantes sí agravan, pero hace falta también mayor precaución”, señala el galeno.

Detección

Por su parte, Elizabeth Jiménez, jefe de Laboratorio del Hospital del Río, explica que las variantes brasileña y británica son entre un 30 y 50% más contagiosas. La identificación de estas variantes en el país es muy pobre, dice Jiménez, dado que no existe los equipos necesarios para detectarlas.

“Nosotros, como Hospital del Río, estamos haciendo pruebas PCR de cuatro genes (N, S, RpRd, E), que hace más sensible y precisa a la prueba, evitando los posibles falsos negativos con las nuevas variantes, ya que en la región S, en la espiga del virus, es en donde se dan las nuevas variantes, sin embargo, nosotros no podemos identificar qué tipo de variante es”, aclara.

Jiménez sostiene que con la variante inicial (SARS Co-V-2), se necesitaba unos 40 minutos y una distancia de menos de seis pies para que una persona se contagie, pero ahora, con las nuevas variantes, dicho contagio puede darse en 15 minutos o menos. Mientras tanto, los síntomas en estas nuevas cepas se mantienen: dolor de cabeza, fiebre, pérdida de olfato y de gusto, dolor de espalda.

“El uso estricto de la mascarilla, el lavado de manos, el distanciamiento social, no asistir a reuniones, es nuestra barrera de contagio. El núcleo familiar es mamá, papá e hijos; no debemos tener reuniones con primos, abuelos, tíos, sino solo con el núcleo familiar (…) debemos disminuir el número de contagios, porque con estas nuevas variantes estamos viendo que la mortalidad es mayor y diferente”, precisa.

Jiménez hizo un llamado a la población a perder el miedo a vacunarse, dado que las vacunas han demostrado una alta eficiencia contra la muerte y hospitalización.

“Los riesgos que se presentan al vacunarse son efectos secundarios, similares a los de un resfriado. La vacuna minimiza la sintomatología, para que cuando nos contagiemos, el virus no sea mortal. Ese es el fin de la vacuna”, anota Jiménez.

Proceso de vacunación

En Cuenca, el proceso de vacunación a personas mayores de 65 años, personas con discapacidad y personas con enfermedades catastróficas avanza de acuerdo a los cronogramas establecidos en los siete puntos de inmunización. Ayer, la jornada se cumplió únicamente en el Centro de Atención del Adulto Mayor (CAAM), del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), debido a que no habían citas programadas, según se informó desde la Coordinación Zonal 6 de Salud.

A nivel nacional, hasta el momento, un poco más de un millón de ciudadanos han recibido la vacuna (45.000 personas por día), con dosis de vacunas de Pfizer, Sinovac y AstraZeneca. Esta cifra que equivale al 2% de la población, en comparación a otros países, representa una tasa baja, por lo que según las proyecciones, en localidades donde el ritmo de vacunación sea lento, se estima que la pandemia dure al menos un año más. Según los expertos, para superar la pandemia, la inmunización en cada país debe superar el 70%, como es el caso de Israel, por ejemplo. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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