El nuevo gobierno es resultado de la reacción ciudadana al correísmo y por ello también se repudió el pacto político entre el PSC, UNES y CREO que pretendía condicionar y mantener cautivo al gobierno desde la Asamblea y maniobrar para lograr la impunidad de la corrupción en el correato.
Ahora en la práctica habrá que ver la diferencia del gobierno de CREO del gobierno correísta, lo que implica que el actual régimen no sea autoritario, respete los derechos colectivos y de la naturaleza, maneje con honradez los recursos públicos, no festine el patrimonio nacional, haga efectiva la descentralización, trate con equidad a los territorios y sus habitantes, consulte y escuche a la ciudadanía, fortalezca al IESS y obedezca la Constitución.
Para el Azuay esto significa que el nuevo gobierno no siga con el maltrato a la provincia, solucione el déficit de conectividad aérea y el desastre de las carreteras, se nos trate con igual derecho, equidad y proporcionalidad a lo que tributamos para el fisco y el aporte al desarrollo del país. Que respete la voluntad de Cuenca impidiendo la explotación minera en los páramos, humedales, las zonas de recarga hídrica de los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba, Machángara y Norcay y los bosques y vegetación protectora.
Llegó la hora de cumplir lo que se dijo en la campaña electoral porque la expectativa de la población es muy grande en medio de la angustia y dolor por la pandemia y la falta de empleo. Tendrá que el gobierno tomar distancia de la voracidad de la élite económica, prever las consecuencias del neoliberalismo desalmado para los pobres y asumir las causas de los estallidos sociales en Suramérica.
En virtud de que la recuperación económica del país pasa por la recuperación de la pandemia, es crucial alcanzar la meta de vacunar 9 millones de personas en los 100 primeros días lo cual implica no solo asegurar la provisión de las vacunas, sino la efectividad del plan de vacunación.
El gobierno hereda un país esquilmado por la corrupción y la descomposición moral, se necesita una acción gubernativa responsable y honrada donde primen los intereses de la mayoría y no de grupos privilegiados. Esperamos que al gobierno le vaya bien, que sea justo y democrático y que los ciudadanos cumplamos nuestros deberes. (O)