El último fin de semana, instituciones de control clausuraron un prostíbulo clandestino que funcionaba en un inmueble ubicado entre las calles Manuel Vega y Rafael María Arízaga, zona céntrica de Cuenca. De acuerdo con la Intendencia de Policía del Azuay, en el sitio se encontró a varias personas, además de gran cantidad de bebidas alcohólicas, preservativos, entre otros indicios.
Las autoridades colocaron el sello de clausura provincial en el establecimiento al no contar con el Registro Municipal Obligatorio (RMO).
El último sábado, también las instituciones de control verificaron que no estén en funcionamiento los burdeles de la zona de tolerancia del barrio Cayambe, puesto que aún no cuentan con la autorización para la reapertura.
Al momento, por parte de las autoridades se analiza la posibilidad de aplicar un plan piloto para la reapertura de cinco burdeles ubicados en el barrio Cayambe, los cuales han permanecido cerrados a lo largo de la pandemia por COVID-19. Se plantea que el aforo será del 30 % y se prohibirá la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
Mientras tanto, la noche del pasado viernes, durante otro control, entidades de encargadas de la seguridad desalojaron a más de 100 jóvenes que asistieron a una fiesta clandestina que se desarrollaba en un domicilio ubicado en Totoracocha. Los uniformados evidenciaron que se trataba de una fiesta temática de disfraces; varios jóvenes utilizaban trajes de personajes y caretas. Además, se encontró gran cantidad de bebidas alcohólicas dentro de un barril.
Las autoridades señalan que la finalidad es evitar aglomeraciones para disminuir la posibilidad de contagios de COVID-19.
El operativo fue coordinado, por la Intendencia de Policía del Azuay, Policía Nacional y Guardia Ciudadana. -(I)
