Lima.- El presidente de Perú, Pedro Castillo, sorprendió este jueves con el nombramiento de un primer ministro del ala más radical de su partido, Perú Libre, y abrió interrogantes sobre los futuros lineamientos de su gestión.
En su primer día como presidente, Castillo presentó a Guido Bellido como jefe del gabinete ministerial tras participar en un acto simbólico en la Pampa de La Quinua, cerca de la sureña ciudad andina de Ayacucho, donde en 1824 se llevó a cabo la batalla que puso fin al dominio colonial español en Suramérica.
A falta de conocer al resto de los ministros, cuyos nombres se mantienen en el más estricto hermetismo, la elección como primer ministro de este congresista, del círculo más cercano a Vladimir Cerrón, el fundador de Perú Libre, parece ahora como un triunfo del sector ortodoxo de un partido que se declara socialista y marxista.
Durante toda la campaña electoral para la segunda vuelta, Castillo se esforzó en moderar su discurso para deslindarse de la figura de Cerrón e insistió en que el Gobierno sería suyo y solo suyo.
La carrera a contrarreloj para escoger al equipo de Gobierno reveló ciertas tensiones entre Castillo y Perú Libre, pues mientras el maestro rural parecía centrar sus esfuerzos en congregar a diversas fuerzas políticas de centro izquierda, Cerrón apostaba por un Ejecutivo homogéneo con gente de su partido.
Bellido, un ingeniero electrónico de 41 años sin experiencia previa en un cargo de representación popular, es el primer rostro que da a conocer Castillo, quien se ha mostrado hermético en las últimas semanas y ha mantenido bajo llave los nombres de quiénes formarán su equipo.
Esto alimentó las dudas sobre hasta dónde llega la influencia de Cerrón en su Gobierno y el camino a la moderación del discurso del presidente.
Se espera que en las próximas horas el mandatario anuncie al resto de su Ejecutivo, entre una enorme expectación ciudadana.
CÍRCULO CERRONISTA
El nuevo primer ministro es el secretario regional de Perú Libre en su región natal de Cusco, donde salió elegido congresista en las elecciones generales del pasado 11 de abril.
Durante la campaña electoral, Bellido no ocultó su respaldo a Cerrón y, al igual que él, fue uno de los miembros del partido marxista que más cuestionaron las posturas moderadas como las de la líder del partido Juntos por el Perú, Verónika Mendoza, en su apoyo al Gobierno de Castillo.
Su nombre no figuraba entre los voceados para el cargo de primer ministro y su designación resultó tan inesperada como polémica, no solo por ser de un perfil allegado a la controvertida figura de Cerrón, sino también por afrontar una investigación por el presunto delito de apología al terrorismo.
Y es que la Fiscalía investiga a Bellido luego de que se difundiera un video en el que le costaba definir como «terroristas» a los miembros de Sendero Luminoso, un episodio que ya ha incendiando de indignación las redes sociales.
CEREMONIA SIMBÓLICA
Castillo viajó a Ayacucho para participar en una ceremonia simbólica, donde volvió a jurar simbólicamente su cargo «por Dios y por la patria» y por un país «sin corrupción, por todos los pueblos del Perú y por una nueva Constitución».
En su discurso ante una multitud, el presidente hizo un llamado a la «gran unidad» del pueblo peruano y convocó a los gobernadores regionales y a los alcaldes a «sacarse los zapatos» y trabajar juntos por el país.
Además, entre vítores y aplausos de sus seguidores, el maestro rural de 51 años aseguró que será «el primero en sancionar a la autoridad que robe un centavo al pueblo peruano».
La simbólica ceremonia arrancó con el himno nacional en quechua, contó con espectáculos de la tradicional danza de las tijeras y con la presencia de autoridades locales y regionales de Ayacucho, que entregaron a Castillo un varayoc, un bastón típico incaico, que representa el poder y la justicia.
Al acto asistieron como invitados los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Chile, Sebastián Piñera, y Bolivia, Luis Arce, así como el expresidente boliviano Evo Morales y el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza. EFE