He aquí la filosofía del tiempo y de la vida; un año más que se acumula como una semilla en los surcos de la tierra; todo llega y todo pasa, iluminando a veces, ensombreciendo otras; poniendo alegrías y tristezas, luces y sombras; camios profundos en la existencia y en el alma.
Se van los padres, llegan los hijos despertando ese fervor de la maternidad que es un amoroso dar y recibir que marca y construye recuerdos, algunos que rompen lo natural, como la imagen de ese hijo que se fue tan temprano y que se ha quedado en mi ser haciendo que mis instantes estén hechos de su ausencia y junto a ella, la presencia con el afecto cariñoso e inmenso de los hijos que están junto a mí.
Filosofía de la existencia que se mueve entre los opuestos: principio y fin; vida y muerte; gozo y pesadumbre; éxito y fracaso; el bien y el mal, extremos entre los que cada uno de nosotros debemos poner nuestra realización personal, nuestra propia y maravillosa aventura, corta o larga, con la que podemos decir ¡esto somos¡ (O)