La Organización Mundial de la Salud (OMS), que el mes pasado pidió a los países más avanzados en la vacunación anticovid que no administraran dosis de refuerzo antes de finales de septiembre, extendió hoy su petición hasta el término de este año, dada la desigualdad de distribución de dosis en el planeta.
«Ha habido pocos cambios en la situación global, así que hoy pido extender la moratoria hasta al menos el final de este año, para permitir que todos los países puedan al menos vacunar al 40 % de su población», señaló en rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Aunque admitió que algunos colectivos en riesgo podrían necesitar dosis de refuerzo contra la COVID-19, «por ahora no queremos un uso extendido de éstas entre la población completamente vacunada», insistió el experto etíope.
El máximo responsable de la OMS lamentó que siga el desigual reparto de vacunas, y aseguró que «está muriendo un número de gente que no debería» (50.000 personas a la semana como media desde hace un año) debido a que «pese a tener las soluciones para detener la transmisión y salvar vidas, no las estamos compartiendo».
Tedros también se quejó de que los países desarrollados «han prometido donar más de mil millones de dosis, pero sólo un 15 % de esas promesas se han materializado», y de forma paralela las farmacéuticas han dicho que darían prioridad al programa de reparto de vacunas COVAX pero no lo han hecho.
«No queremos promesas, queremos vacunas», declaró Tedros, quien dijo sentirse «en shock» después de que este martes la federación internacional de farmacéuticas dijera que ahora que los países ricos han vacunado a la mayoría de su población es cuando se puede cambiar el foco hacia un mayor reparto a los países en desarrollo.
«La OMS pidió un reparto igualitario desde el principio, no cuando los países más ricos hubieran completado sus vacunaciones», subrayó, y prometió «no quedar callado cuando las empresas y los gobiernos que controlan la cadena de suministro global creen que nos vamos a conformar con las sobras».
Tedros insistió en que la pandemia está actualmente en una fase a dos velocidades, en la que sólo los países de ingresos medios y altos han conseguido desvincular contagios y fallecimientos (aunque los primeros crecen, no lo hacen al mismo ritmo los segundos).
En esos países, advirtió, sigue habiendo riesgo de que «la relajación prematura de las medidas de prevención ponga en peligro la población no vacunada», mientras que en las economías de renta baja continúa habiendo altas tasas de mortalidad por COVID-19.
«Hemos oído de las fabricantes y los países de altos ingresos la excusa de que las economías más pobres no pueden manejar grandes cantidades de dosis, pero casi todas ellas tienen mucha experiencia en vacunaciones a gran escala» contra otras enfermedades, afirmó el experto etíope. EFE