Managua.- El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, uno de los más influyentes de su país, culpó este domingo de la pandemia de la covid-19 al “mal uso de la libertad humana”, en referencia a las decisiones de las personas sobre si cuidarse o no de la enfermedad.
“Esta pandemia no es voluntad de Dios, esta pandemia es producto del mal uso de la libertad humana”, afirmó Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, durante su misa dominical.
El clérigo afirmó que la pandemia “está azotando a Nicaragua de una forma insospechable, impensable, inimaginable, en el dolor y el sufrimiento de cientos de miles de contagiados que hay en nuestra patria, algunos sobrepoblando los hospitales, y otros tantos padeciendo en el anonimato (…), todos padeciendo también la soledad, el silencio de la cruz, que traspasa el corazón de verse impotentes, incapaces, ante este virus terrible, traicionero y mortal”.
Hasta ahora, el Gobierno de Nicaragua ha reportado 201 muertos y 12.153 casos confirmados de covid-19; no obstante, en las últimas tres semanas, sus datos reflejan un repunte en el número de contagios, hasta alcanzar los 615 en 7 días, la mayor cantidad dicho periodo desde el inicio de la pandemia.
Los datos oficiales contrastan con los de la red de médicos del Observatorio Ciudadano Covid-19, que ha reportado 25.156 casos sospechosos de covid-19, así como 4.531 muertes por neumonía y otros síntomas de la pandemia, con un incremento de contagios del 61 % en la última semana.
El presidente Daniel Ortega ha rechazado públicamente los datos no oficiales, y se ha referido como “demonios con sotana” a los sacerdotes que han advertido sobre la pandemia, entre estos el cardenal Leopoldo Brenes, quien se recupera tras haber contraído covid-19.
Álvarez también se refirió a las acusaciones contra los religiosos, al señalar que “la iglesia (Católica) muchas veces es vilipendiada, señalada, acusada, calumniada (…), ha querido ser llevada a las plazas públicas para morir apedreada, ante un grupo de masas que son enfervorizadas en el fanatismo, gritan como aquella gente de esos tiempos ante Cristo y Barrabás: ¡Suelten a Barrabás!, y a Cristo dicen: ¡Crucifícale, preferimos a Barrabás!”.
“Esta iglesia debe recorrer ese camino, en la historia lo hemos recorrido, no es nuevo, no es de ahora, es de siempre, ese es uno de los signos más evidentes de que esta es la iglesia de Cristo”, agregó.
El Gobierno de Nicaragua, que rechaza establecer restricciones para evitar la propagación de la pandemia, anunció que tiene como meta vacunar a 2,8 millones de personas, equivalente al 43,8 % de los 6,5 millones de habitantes, según datos oficiales.
La Iglesia Católica reportó la muerte de al menos cuatro sacerdotes a causa de covid-19 en agosto pasado, y de un total de 14 desde marzo de 2020, cuando la pandemia fue detectada en Nicaragua, un país de mayoría católica. EFE