Plaza

Sun Tzu el gran filósofo chino, en su “Arte de la guerra” dice que “debemos fingir debilidad para que el enemigo se pierda en la arrogancia” y nuestros campesinos son expertos en ello; la paciencia con la que horadan la tierra hasta que, lentamente, surja la planta es meticulosa y constante. Esa supuesta debilidad ante el enemigo hace que esperen tranquila y pausadamente hasta que baje el sol. Orientales, sin duda alguna, nos enseñan que los mega proyectos que inventan los políticos con el único afán de llenarse los bolsillos, caen de manera abrupta ante su tesón y sabiduría.

Igualmente el ciudadano común, el emprendedor, el comerciante, espera a que pasen las novelerías y vuelve a sus rituales y al espacio acostumbrado. Todo esto, a propósito de que hemos reparado en que la plaza San Francisco, una vez más, tiene a los vendedores con sus mil enseres y cacharros en una feria de colores aparentemente eventual; y la plaza se ha llenado de alegría, otra vez el aspecto desordenado, propio de una ciudad mestiza, atrae a los turistas con sus cámaras y provoca una sonrisa ante las super propuestas de transformar a Cuenca en aquello que, supuestamente, la afean. Obvio que los políticos consiguen mejores cargos, mejores economías y se van volando, pero los habitantes de la ciudad esperan. Así de simple. (O)

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