La casa en la que vivían Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes Barcha reabre sus puertas para poner a la venta más de 400 objetos personales de la pareja y donar los recursos obtenidos a una fundación benéfica en favor de niños indígenas.
«Queríamos darle un poco de continuidad a la ropa de los Gabos. No sabíamos cómo hacerlo, pensamos en varias opciones y esta fue una buena opción para invitar a la gente y que también tuvieran acceso a la casa», dijo este martes en entrevista con Efe Emilia García Elizondo, nieta de ambos.
El pasado 15 agosto de 2020, seis años después de la muerte de García Márquez, Mercedes Barcha falleció en la Ciudad de México a causa de complicaciones respiratorias.
Sin ella presente, la casa en la que compartió su amor desde 1975 con el ganador al Premio Nobel, ubicada en la calle Fuego 144 de la capital, quedó sola.
Fue Emilia quien comenzó con la idea de darle «una segunda vida» a la ropa de sus abuelos, y con el consenso de sus familiares, emprendió un proyecto de venta que arrancará este 20 de octubre.
«Fue muy emocionante porque mucha de la ropa es de otras épocas de los Gabos (…) También ha sido bastante duro. Las memorias siguen y entrar al clóset (armario) de alguien es tan íntimo, que dejar ir sus cosas es una manera de despedirse de una parte de ellos», consideró García.
LA VIDA EN LAS PRENDAS
Emilia encontró en la ropa de sus abuelos indicios de vida de una de las figuras literarias latinoamericanas más importantes.
«Fue como re-conocer a mis abuelos. Había muchas prendas que tenían cositas metidas en los bolsillos y fue muy padre porque de repente sacabas una pluma, y te llevaba a esos tiempos», dijo Emilia.
Un saco con una mancha de tinta de pluma, otro con un marcador en la bolsa, ambos de Gabo, o una mascada (pañuelo de cuello) guardada en un abrigo de Mercedes, son algunos rastros que sin advertirlo quedaron estáticos en el tiempo en las prendas que ahora se ponen a la venta.
«(Los objetos) los dejamos tal cual estaban porque son pequeños vestigios de momentos de vida pasada tan bonitos para nosotros, demasiado significativos», menciona.
«Gabo usaba sharpie (marcadores) para todo. Firmaba libros con estos. Era algo tan de él», añade.
Aunque la pareja no estaba tan interesada en la moda, nombres como Louis Vuitton, Max Mara o Marina Rinaldi abundan en la ropa de Mercedes. Y en el caso de García Márquez, su ropa hecha a la medida por diversos sastres marcaron un estilo propio.
«Los sacos (abrigos) me recuerdan a Mercedes, y me acuerdo de ver a mi abuelo con los monos. Eran algo muy de él en su etapa relajada y casual, eso es lo que más me recuerda a él», explicó Emilia.
Para poder asistir a la venta, el público tendrá que solicitar una cita a través del Instagram de Casa de Literatura Gabriel García Márquez. Hasta el momento se tienen ocupados los lugares para el jueves y poco a poco esperan recibir a más gente.
Las ganancias que se recauden de la venta serán donadas a la Fundación FISANIM, dirigida por la actriz y activista Ofelia Medina, dedicada al apoyo de niños de comunidades indígenas en el sur del país.
«Ofelia es una amiga cercana a la familia, su fundación ayuda a niños de comunidades indígenas y creemos todos como familia que la ayuda a niños es importante, no hubo una sola duda», sostuvo García.
CONTINUAR CON LA CULTURA
La casa ubicada en Fuego 144, en Jardines del Pedregal, pronto se convertirá en la Casa de Literatura Gabriel García Márquez, esta estará presidida por Emilia y su intención es hacer de su «espacio favorito en el mundo», un lugar en donde la tradición literaria y cultural continúe con talleres, conversatorios y conferencias.
«Esta casa es muy importante para mí, estoy agradecida con mi familia por darme la oportunidad de que por ahora pueda tomar las riendas de esto», aseguró Emilia.
MEMORIAS Y VIDA
Actualmente el estudio del escritor colombiano ya tiene puesta una ofrenda para celebrar y recordar a los Gabos por el próximo Día de Muertos.
«A Gabo siempre lo describo como una persona extremadamente chistosa. Siempre aportaba mucho a un mundo de ilusión que teníamos y siempre se inventaba unas cosas que nunca sabía si creerle o no. Era divertido, generoso y muy cariñoso. Siempre estuvo muy presente», recordó su nieta, quien confesó que nunca lo llamó abuelo.
Por su parte a Mercedes la recordó como estricta pero «con un amor impresionante».
«Era la directora de todo esto, ella creó este mundo. La vida de Mercedes es muy importante y no se le da el crédito que merece», concluyó. EFE