Azuay es la “meca” del triatlón ecuatoriano. Lo confirmó en los IX Juegos Nacionales Juveniles, en Imbabura, al acreditarse los títulos en las pruebas individuales, relevo mixto y equipos. La clave del éxito es el trabajo que desarrollan en las bases, un trabajo silencioso y muchas veces poco reconocido.
“Ha sido un año complicado, no podemos decir que estamos con una base que usualmente hemos tenido. Muchos deportistas se nos han ido, por la pandemia los padres de familia decidieron retirar a sus pequeños, pero estamos trabajando fuerte, con las mismas ganas para seguir reclutando nuevos niños… y seguir construyendo esas bases sólidas porque allí está la clave para que el triatlón siga dando estos resultados a la provincia y país”, reconoce la coach Cecilia Fárez.
Las medallas
En la primera jornada Azuay hizo el 1-2-3 en damas con Paula Vega, Josseline Yuqui y María de los Ángeles Bonilla; y el 1-2-3 en varones con Xavier Criollo, Matías Bravo y David Vega.
Las preseas de bronce no sumaron en el medallero a favor de Azuay. Fárez explica que en los Juegos Nacionales, en triatlón, una misma provincia no puede adjudicarse las tres posiciones, por eso los representantes de Pichincha ascendieron al tercer lugar mientras Bonilla y Vega recibieron una premiación simbólica.
Todos recorrieron 750 metros de natación, 20 km de ciclismo y 5 km de carrera a pie en el Lago San Pablo. La hegemonía mostrada en las pruebas individuales hizo que la provincia se adjudique, además, las medallas de oro por equipos en ambos géneros.
En la segunda jornada, Azuay se llevó la prueba del relevo mixto. Cada uno de los participantes debía cumplir un triatlón súper sprint: 250 metros de natación, 5 km de ciclismo y 1,5 km de carrera a pie. Paula Vega arrancó la prueba, Bravo tomó la posta y luego la entregó a Yuqui para que remate Criollo.
Este evento tuvo un retraso de casi 40 minutos. Después de la natación, los deportistas no pudieron continuar con el ciclismo y atletismo porque los organizadores no coordinaron con la Policía Nacional el cierre de vías para garantizar la seguridad de los protagonistas.
Experiencias
Fárez indica que fue la primera vez que el lago San Pablo acogió una prueba de triatlón. “Sabíamos que íbamos a un escenario totalmente desconocido”. La temperatura del agua oscila entre los 16 y 17 ºC. “Eso nos generó un poco de incertidumbre, pero les habíamos preparado a los chicos para que puedan lidiar con este tema”.
El circuito de ciclismo fue lo que más les causó temor, por la seguridad de los deportistas. “Había mucho perro, la vía no estaba en óptimas condiciones, tenia muchos rompe velocidades, tenía huecos”. Dichas condiciones hizo que Fárez junto con el profesor Ángel Matute pidan al equipo que prioricen su integridad y cuiden cada detalle para evitar alguna caída.
Fárez resalta que el equipo azuayo está conformado por seleccionados nacionales y medallistas internacionales. Para Paula, Matías y Josseline fueron sus últimos Juegos Juveniles. “A Xavier le queda un año más, pero lo más probable es que el próximo año no haya Juegos Juveniles porque recordemos que se realizan cada dos años. Los únicos que llegarían son Ángeles y David que tienen apenas 17 años”.
Este martes retornan a Cuenca. De inmediato retomarán los entrenamientos para llegar en óptimas condiciones a tres certámenes internacionales: el Campeonato Sudamericano y la Copa Panamericana de Santiago de Chile, el 13 y 14 de noviembre; los Juegos Panamericanos Juveniles de Cali, del 26 al 28 de noviembre; y la Copa Panamericana de Salinas, el 12 de diciembre. (BST)-(D)