Luego de la cumbre del clima, distintos sectores del quehacer mundial han mostrado su descontento por la incapacidad de sus líderes de cerrar algunos acuerdos, por la falta de la participación civil; de allí su denominación “la cumbre climática, la menos inclusiva de la historia”.
En esta cumbre de la ONU más conocida como COP26 aprobaron un acuerdo para poder mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global en 1.5 grados para el 2100, con respecto a los niveles preindustriales. ¡Cómo!
Muchos son los cambios observados en el clima y no tiene precedentes en cientos de millones de años, pues según científicos de la Universidad de Leeds Inglaterra, descubrieron que entre 1994 y 2018 todos los glaciares aceleraron su deshielo en un 25% y tres de ellos en un 40%.
Para limitar el cambio climático es necesario reducir de forma contundente el fin del carbono como fuente de energía, y poner fin a la deforestación, reduciendo paralelamente las emisiones de metano y dióxido de carbono, procedentes de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. Las proyecciones auguran un mundo que va en camino hacia los 2.7 grados C de calentamiento para fines de este siglo.
EEUU, el mayor emisor histórico del mundo, regresó a esta cita mundial, pero se registró la ausencia de China, Brasil, la nación más deforestadora del mundo, de Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo, y de Rusia, el segundo mayor productor de gas en el mundo.
Estimado lector, mire el precio que se paga por ensuciar, es de 100 dólares por tonelada de dióxido de carbono emitido y lo que se paga por limpiar son 10 dólares por tonelada; conociendo que la industria del acero es una de las industrias más difíciles de descarbonizar. ¡Analice! (O)