La película «Algoritmo», que se estrena mañana en Ecuador, ofrece una profunda reflexión sobre el riesgo que conlleva la liberación de datos —a veces de manera inconsciente a través de internet—, que les facilita la vida a los corruptos y puede poner a un simple ciudadano frente a enemigos «invisibles».
Estaba previsto que el filme de aventura y suspenso saliera a la luz en 2019, pero cuatro días antes de su presentación llegó la covid-19, «se declaró el cierre del mundo y nos quedamos con los churos hechos», dijo a Efe el protagonista Alfredo Espinosa Cordero.
En la obra, Espinosa encarna al arquitecto Trajano Benavides, quien atraviesa por un muy mal divorcio, enredado en discusiones económicas con su exmujer, quien no le deja ver a su hija.
LLUVIA DE INFORTUNIOS
Escrita y producida por Rogerio Moncayo, dirigida por Carlos Piñeyros, «Algoritmo» tiene 140 minutos de drama familiar y político, persecuciones en autos clásicos, fugas, huidas, recorridos por las provincias de Pichincha e Imbabura, en escenas que desvelan el riesgo de la exposición a la tecnología unida a la corrupción.
A la discusión entre padres en la trama, se suma Martín Roldán (Efraín Ruales), gerente de Easycorp, una empresa de microchips, que quiere adquirir unos terrenos, que Benavides no quiere vender.
Easycorp es una trasnacional de comunicaciones que necesita el silicio de esos terrenos para fabricar un chip subcutáneo que modificará la vida de la gente.
El hacker Jack (Alberto Pablo Rivera) advierte a su amigo Benavides de los peligros de esa tecnología, «que desnuda a la gente frente al Estado y a los poderosos».
Roldán se une a Úrsula (Monserrath Astudillo), exmujer de Benavides, así como a la corrupta institucionalidad imperante para destruirlo y así, le aparecen enemigos «invisibles» en forma de multas, juicios extraños y sinrazones para clausurarle obras de construcción, sin que él entienda la lluvia de infortunios.
Con esa trama, la película habla de «los peligros del mal uso de la tecnología, la liberación absoluta de la información, aunados a la posibilidad de corrupción, que se convierten en un peligro para la libertad real y la de conciencia y mente de las personas», dijo.
¿EL METAVERSO DE MARK ZUCKERBERG?
La película ecuatoriana se estrena en medio de una coyuntura mundial en la que Mark Zuckerberg elevó la discusión en torno al metaverso
«Eso es real, presente y lo están anunciando como un peligro político, desde el famoso anuncio de Zuckerberg, en el que propone un mundo en el cual, aunque vivas en la miseria y seas pobre, tengas una buena computadora y vivas una realidad paralela», anotó Espinosa al indicar que la obra tiene ciencia ficción, drama y toda una aventura de cómo un hombre enfrenta poderes casi omnímodos.
Pero también tiene comedia y, a través del humor, el protagonista se blinda contra las desventuras y enfrenta una lucha contra enormes poderes a los que ha dado información sin saberlo…como casi todos.
En internet «se libera tanta información, sin saber: gustos, música que escuchas, ropa que usas, comentarios políticos que haces, datos económicos, grupos a los que perteneces… sin saber cómo pueden usar esa información», alertó Espinosa.
«El algoritmo —añadió— usa esos datos para dirigirse a ti. Y la película denuncia, en ese sentido, cómo se están usando los algoritmos para obligar al individuo a determinadas formas de comportamiento relacionadas, no solamente con el consumo económico, sino también con ciertos patrones».
En la trama, la lluvia de información también alcanza a la niña de la película que, a sus 12 años, asume un papel activo a fin de mediar entre padre y madre para tratar de solucionar la situación.
«Con la cantidad de información que tienen ahora los adolescentes, ya no se les puede ocultar cosas, ahora tienen que ser parte de la resolución de los conflictos de la vida cotidiana y empezar a enfrentar un montón de peligros y riesgos a los que están sometidos desde pequeños. Ya no les podemos ocultar nada», sostuvo.
Para Espinosa, «Algoritmo» es una película muy actual, con una temática que nos atraviesa a todos, en un país que tiene más celulares que habitantes a pesar de ser un país pobre, en que los ciudadanos estamos expuestos al control y abuso del poder a través internet, de los celulares, las computadoras, las cámaras de seguridad…». EFE