La navidad es la celebración más generalizada del año en la civilización cristiana occidental. Varios símbolos se identifican con ella como Papá Noé, los árboles de navidad, los nacimientos. En nuestro medio los nacimientos son los más tradicionales y vinculados a nuestra identidad y provienen de una práctica española. En el catolicismo la reproducción de divinidades con imágenes es generalizada como lo demuestran los templos; en el caso de esta fiesta no se trata de reproducir al niño Dios como ocurre con otros santos, es una escenificación del proceso de la llegada d Cristo a la tierra siguiendo la enseñanza evangélica del pesebre, acorde con el testimonio de humildad y pobreza de su mensaje.
Cristo vino al mundo para todos, al margen de razas y culturas, de allí que, en la elaboración de nacimientos, además de reproducir el hecho con personajes y vestimenta de los lugares en que ocurrió, se da un proceso de incorporación de elementos propios de capa región cumpliendo con el mensaje que elimina elementos propios del hecho. Un villancico tradicional dice que el niño “nace en todas partes, ciudades, caminos” como expresión de la universalidad de este acontecimiento, de allí que en los nacimientos aparecen personajes y grupos humanos de los lugares en que se elaboran.
Los nacimientos son expresiones artísticas de la creatividad popular y en los diferentes lugares hay componentes propios de la cultura local, de sus expresiones, costumbres y su identidad. Es un hecho universal, pero respeta la diversidad propia de la condición humana. Los entornos físicos responden en gran medida al paisaje natural de cada región y es muy frecuente que los personajes respondan a ella en su expresión externa. La creatividad no se aleja de la circunstancia local, lo que demuestra que la universalidad se manifiesta en las diversas expresiones culturales de los pueblos. Los nacimientos no solo se trabajan en los templos, son propios de cada hogar.