En medio de una plataforma que se tambaleaba por las olas, el presidente Guillermo Lasso oficializó ayer la creación de una nueva reserva marina en Galápagos, a la cual denominó “Hermandad”.
La nueva reserva tendrá una dimensión de 60 mil kilómetros cuadrados que, sumados a los 138 mil kilómetros declarados reserva en 1948, suman 198 mil kilómetros cuadrados, que estarán protegidos sobre todo de las actividades pesqueras que emplean mecanismos dañinos como el palangre, que es una pesca de arrastre que muchas veces no solo captura peces, sino especies en peligro de extinción.
“Somos un territorio de dimensiones pequeñas; nuestra huella de carbono es ínfima comparada con los países ricos, pero el mundo también es nuestro y asumimos el desafío de protegernos, porque surgen desafíos comunes que demandan soluciones comunes, debemos abrazarnos para encontrar solución común al problema que hoy padece el planeta, el cambio climático”, afirmó Guillermo Lasso.
Además recalcó la importancia para el planeta de proteger los océanos. “Cuidarlos no es un ingenuo idealismo, es una necesidad vital, nos protegen del 90 % del exceso de calor y absorben un tercio de todas las emisiones de carbono”, dijo.
A la firma del decreto le acompañaron el presidente de Colombia, Iván Duque; el expresidente estadounidense, Bill Clinton; la activista Sylvia Earle, fundadora de la fundación Mission Blue; y los representantes de los gobiernos de Panamá y Costa Rica.
La presencia de los representantes de estos países latinoamericanos tuvo principal relevancia, pues la nueva reserva en Ecuador se unirá al Santuario Malpelo y al Parque Nacional Gorgona en Colombia; a la Isla Coco en Costa Rica; y la Isla Coiba en Panamá; creando el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), que se convertirá en la zona protegida más grande del mundo, que alberga al 40% de las especies marinas del planeta.
Eliecer Cruz, coordinador de la Organización No Gubernamental Más Galápagos, que por dos años trabajó en la propuesta de ampliación de la zona protegida, dijo que con este Corredor se protegerá sobre todo a las especies altamente migratorias que circulan en este sector, entre estas algunas en peligro de extinción, como el tiburón martillo, tiburón ballena, diferentes especies de tortugas y mamíferos marinos.
Aunque Cruz afirmó que la propuesta científica inicial que presentaron incluía una ampliación de 445 kilómetros de la reserva actual, consideran que los 60 mil kilómetros son un paso importante y celebran la decisión que anteriores gobiernos se habían negado a tomar.
El activista espera que con el canje de deuda que también ha propuesto el Gobierno se consigan los fondos suficientes para realizar estudios que establezcan la necesidad de ampliar la reserva en el futuro.
Invitados de honor
La presencia del expresidente estadounidense, Bill Clinton; y de la activista Sylvia Earle, resaltó el evento realizado en Galápagos.
Clinton dijo que Ecuador ha dado un ejemplo al mundo con la decisión tomada en el área ambiental y recalcó que el modelo que se ha aplicado debería ser replicado por otros países, pues “el mundo necesita de nosotros desde hace 50 años”.
Por su parte, Earle enfatizó en que en todo el mundo apenas el 3 % del océano está protegido, por lo que falta mucho para cumplir la Meta 3030 planteada por las Naciones Unidas, que establece que hasta el año 2030 los países deberán tener protegidos el 30 % de su mar territorial.
Sin embargo, Earle agradeció por la decisión tomada en Ecuador. “Gracias en nombre de las tortugas y tiburones, los mares, los manglares, lo corales, el mundo que estamos salvando en nombre de todo el mundo, los líderes de naciones haciendo lo que se pueda en sus zonas, esta será la década más importante de la humanidad, así que gracias, estoy muy honrada de estar aquí”.
¿Para qué sirven las reservas marinas?
Según explicó Eliecer Cruz, a nivel internacional se ha demostrado que las áreas marinas protegidas tienen un rol protagónico para incrementar las poblaciones de peces en un 166 % y aumentar la biomasa en más del 40 %.
La actual zona protegida en Galápagos no ha sido la excepción. La ambientalista Verónica Arias señaló que de acuerdo con estudios realizados por la Universidad San Francisco, no tocar los recursos naturales en esta zona ha creado una especie de semillero de peces y especies en general que llegan a Galápagos para reproducirse porque se ha constituido un lugar seguro.
Aunque inicialmente el establecimiento de una zona protegida podría afectar a las actividades pesqueras industriales, con el paso del tiempo terminan beneficiadas; pues Arias aseveró que la cantidad de fauna que se produce en su interior es tan grande que se empieza a desbordar, lo cual, en el caso de la reserva marina de Galápagos, ha beneficiado principalmente a la masiva presencia del atún.
Pese a que al final la pesca a gran escala también termina beneficiada, Eliecer Cruz afirmó que la oposición de este sector impidió que la decisión de ampliar la reserva se tomara antes, por esta razón resaltó el poder negociador del Gobierno del presidente Guillermo Lasso. (I)