Isabel Allende (1942), de nacionalidad chilena (aunque por labores diplomáticas de su padrastro nació en Perú), es firma de marcada significación mediática, cuyos inicios están asociados con la tarea periodística. Ganadora de un sinnúmero de premios y reconocimientos institucionales. Su produción novelística que es prolífica redunda en la venta exitosa de millones de ejemplares (best seller). Autora de: La casa de los espíritus, Paula (memorias), Eva Luna, Afrodita, Hija de la fortuna, Inés del alma mía, La isla bajo el mar, Más allá del invierno, Largo pétalo de mar…,su más reciente obra de tinte autobiográfico es: Mujeres del alma mía.En ella resalta la valía femenina, a partir de vivencias directas. “Escribo por el placer de contar una historia palabra a palabra, paso a paso, disfrutando con el proceso y sin pensar en el resultado (…) Escribo sobre lo que me importa, a mi propio ritmo. Y en esas horas ociosas, que mi abuelo llamaba horas malgastadas, los fantasmas de la imaginación se convierten en personajes definidos, únicos, con su propia voz y dispuestos a contarme sus vidas si les doy suficiente tiempo”, confiesa.
Narrativa que tiene el desenfado cotidiano de los días, de tono mítico y místico, en donde sus protagonistas descuellan entre el dramatismo, la pasión, el amor, el desamor y el desencanto, en textos como La casa de los espíritus (1982), que lo catapultó en el tránsito entre el boom y el posboom, de manera similar con su coterráneo Antonio Skármeta. Hay una radiografía latinoamericana, cuyas identidades tienen signo característico, y un esbozo mágico de nuestros pueblos con hálito terrígeno. Asimismo, como particularidad afín a sus coetáneas relata desde la experiencia personal, a ratos con la felicidad y la dicha, y en otros, con el profundo dolor de las ausencias y la muerte. Plantea la resignificación de personajes.
Allende libre de prejuicios insiste en la necesidad de que la sociedad deseche los tabúes y amplíe su horizonte mental, a partir de la ruptura de paradigmas. En esa línea, es firme defensora de los derechos de las mujeres. Su literatura ha sido llevada al cine, así como su propia existencia, en una miniserie en Amazon Prime.
A causa de la dictadura implantada en su país por Augusto Pinochet en 1973, sufrió la consecuencia del exilio en Venezuela. Hoy, radicada en Estados Unidos, sigue siendo un referente fundamental de ese rostro orgullosamente femenino en el plano literario, y en su momento, en el activismo social con conciencia política. (O)