No debería sorprendernos que el último prefecto azuayo –una farsa completa- y la prefecta actual –sin norte ni horizonte-, no hayan efectuado ni una obra relevante para la provincia más allá que la de figurar. Seguramente porque el imaginario de la Prefectura es similar al de la Alcaldía, en donde también conjugan el mismo verbo.
Y así, jugando a figurar, administran el dinero público con ligereza ubicando cientos de letreros por doquier con el nombre del alcalde, quizá pensando en una utópica reelección, o, para que la Prefectura cree un himno, un documental y contrate absurdas obras teatrales.
Al exprefecto Carrasco también le gustaba sobresalir, y mientras conjeturaba cómo mismo debía administrar las empresas de la Prefectura, las que finalmente quebraron, reconozco que el peaje que instauró en Chaquilcay, paso obligado para ir a Gualaceo y Paute, mantenía esta vía en condiciones inmejorables. El de Girón-San Fernando, pese a que sigue funcionando, no conserva en buen estado a esta vía, la que fue recientemente bacheada luego de protestas y tajantes reclamos por parte de los usuarios.
La prefecta reveló que pretende la concesión de la vía Cuenca-Girón-Pasaje. Además, quiere retomar el peaje en Chaquilcay. Según ella, la empresa Asfaltar tiene la capacidad de mantener adecuadamente estas carreteras. Son propuestas acertadas, siempre y cuando haya una auditoría anual. Por si las moscas. Esta, es la de arena…
Ahora, las de cal… en una entrevista que diera el 14 de enero en una emisora local, justificó lo injustificable: el rodaje de un documental para “recoger la identidad del pueblo azuayo”. El 25 de junio del 2021, un reconocido cantautor cuencano entregó la partitura del himno a la provincia, solicitado por la prefecta, cuyo costo asciende a unos 5.000 USD, algo fútil e innecesario, firmando el contrato el 24 de noviembre – algo no cuadra aquí- habiendo apremiantes necesidades viales. Y para rematar, gastar en obras de teatro para celebrar el Día de la Mujer Rural, es una sinrazón.
Por otro lado, varios funcionarios están con gastritis luego de la contratación de consultores ajenos a la Prefectura, teniendo ésta su propio equipo. No hay nada que hacer que cuando ocupan cargos públicos para los cuales no están preparados, dependen de asesores que les dejan muy mal parados. Eso no más… (O)