Este mes inicia el calendario que dicta las normas para los comicios que elegirán a las distintas autoridades seccionales en febrero del próximo año; en esa fecha, los ecuatorianos debemos acudir a las urnas y votar por prefectos, alcaldes, ediles y miembros de las juntas parroquiales; también se escogen a los vocales para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs); en consecuencia, se planifica que debemos gastar ¡noventa millones de dólares! según el presupuesto calculado por el CNE. Es decir, mi amigo lector, que tenemos que preparar nuestros bolsillos para sostener la campaña de los políticos, los cuales, calientan motores y señalan a los que no les apoyan prestos a cancelarles en cuanto lleguen al poder; entonces, en la narrativa carísima y cursi de la politiquería ecuatoriana aparecen, de la noche a la mañana, grupillos de barrio que llegan a “salvar” a la comunidad en medio de los saraos y las fiestas de rigor. Por otro lado, sabemos que Cuenca es la ciudad más hostil del Ecuador porque los castigos disfrazados de impuestos obligan al ciudadano común a huir lo más lejos del centro histórico y sus alrededores, además de que los servicios que ofrece están llenos de corrupción en todos los sentidos. Así las cosas, tenemos la obligación de estar atentos porque nuestra situación económica y social no permite equivocarnos. (O)
