El cronista de la ciudad, doctor Juan Cordero Iñiguez, ha escrito el libro titulado: “1822: Año heroico”, que será publicado en los próximos meses y anhela que la Municipalidad de Cuenca, declare como un día de recordación cívica, el 21 de febrero de 1822, para que los centros educativos y la ciudadanía conmemore como acto cívico, la liberación definitiva de Cuenca. A continuación, un extracto del capítulo séptimo de su libro.
Movilización de Sucre desde Samborondón hasta Cuenca
El 22 de enero de 1822preparó al ejército y el 23 comenzaron a movilizarse las tropas. Se coordinó con las fuerzas peruanas que venían por Loja, dirigidas por los coroneles Andrés de Santa Cruz y Luis Urdaneta, para encontrarse en el trayecto hacia Cuenca.
De la libertad definitiva al progreso
En el límite de su resistencia Cuenca esperó hasta el 21 de febrero de 1822 para conseguir su independencia definitiva, con la llegada de Antonio José de Sucre, quien fue aclamado como un héroe y agasajado dignamente. Por su prestigio consiguió un objetivo que no era popular en la ciudad, la adhesión, inicialmente de hecho y después de derecho a la República de Colombia.
Estuvieron en sus filas el coronel Alejandro Vargas Machuca, Tomás Ordóñez, Joaquín Crespo y León, José Moscoso, Vicente Toledo, Zenón de San Martín, Manuel Chica, José Sevilla, Abdón Calderón (teniente de la tercera compañía del batallón Yaguachi).
A su llegada a Cuenca, hubo repiques de campanas e iluminación de las calles. El 24 de febrero fueron convocadas las autoridades para brindar un saludo oficial a Sucre y al Estado Mayor del ejército liberador.
Se dispuso que se reúnan todos los cuerpos y corporaciones y, por medio del presidente del Ayuntamiento se le exprese al General Sucre el agradecimiento de los vecinos de Cuenca para él y para la República de Colombia, pues salvaron a la ciudad de los males con que ha sido devastada y confundida en la más funesta situación por la arbitrariedad y despotismo…
Una solemne misa y un desfile de las tropas, recibiendo flores y aplausos cerraron este acto final de la independencia cuencana. Bartolomé Serrano, presidente del Concejo se expresó con un caluroso discurso.
El 12 de marzo Sucre expidió un decreto que decía: “Los indios serán considerados en adelante como ciudadanos de Colombia, y los tributos que hacían la carga más pesada y degradante a esta parte desgraciada de la América quedan abolidos con arreglo a los decretos del Congreso General”.
El 20 de marzo estableció la Corte de Justicia de Cuenca, que tenía las funciones de lo que después se llamó Corte Suprema, pues a Quito, aún en poder de los españoles, no se podía acudir para la administración de justicia en sus instancias finales.
Cuenca sintió la obligación moral de apoyar para la mantención y preparación de las tropas que irían al norte para liberar a Quito.
Nuevos sacrificios cuencanos
El 27 de febrero se creó una Junta de Auxilios para atender a la división libertadora. Se preparó una distribución entre las parroquias que debían enviar hombres y caballos. Sobresalió por su trabajo y generosidad Manuel Dávila, quien residía en Gualaceo, pues no solo entregó sus propias contribuciones, sino que ayudó a recolectarlas en toda el área.
El sacerdote Custodio Vintimilla se encargó de reunir los primeros donativos patrióticos tanto del clero regular como del secular.
Víctor Manuel Albornoz dijo: “En Cuenca se repusieron y aumentaron las tropas libertarias, debido al enorme sacrificio de sus pobladores, que contribuyeron con todo cuánto les fue posible, ya en dinero –y hasta en joyas, llegando varios ciudadanos al caso de entregar sus vajillas de plata-, ya en acémilas, ya en víveres, ya en vestuario, en fin, dando mil fusiles y el contingente de sangre de más de ochocientos azuayos que se cubrieron de gloria en el Pichincha”.
Antonio José de Sucre dirigió un oficio al Cabildo Municipal de Cuenca el 11 de abril de 1822, que concluyó diciendo: “Reciba Vuestra Excelencia los sentimientos de mi gratitud y consideración, bien persuadido que Colombia jamás olvidará los servicios que por conducto de V. E. ha prestado Cuenca a la División Libertadora del Sur, y que será el momento más grato a mi corazón aquel en que tenga el honor de recomendarlos muy particularmente a V. E. el Libertador Presidente…”.
El autor Cordero destacóel ejemplo dado por Susana Bobadilla que ofreció proporcionar pan para toda la tropa por el lapso de una semana. Sucre exaltó este acto generoso de una panadera cuencana y lo puso como ejemplo para que otras personas hagan algo similar.
Exaltación de Gaspar Sangurima
Entre los actos importantes cumplidos porGaspar Sangurima está la creación de la Maestranza. Se trata de la primera Escuela de Bellas Artes y de la valoración de un indio genial que al mismo tiempo era artista y artesano. De él y de su centro educativo se ocuparon Antonio José de Sucre, Tomás de Heres y Simón Bolívar.
Últimas decisiones de sucre
En el mes de abril de 1822, poco antes de salir de Cuenca, Antonio José de Sucre tomó algunas decisiones. Exhibiendo rasgos humanitarios y generosos de su personalidad dispuso que de sus haberes se le entregue una ayuda mensual de 20 pesos a la señora Juana Soto, madre del mayor Torneros, sumamente pobre.
El 5 de abril envió una larga carta al vicepresidente Francisco de Paula Santander, con buenos comentarios políticos. Sobre Cuenca dijo que los españoles habían dejado a la ciudad esquilmada y que a pesar de ello había obtenido apoyo para sustentar a las tropas libertarias. Terminó diciendo: “mi estadía aquí por cuarenta y cinco días (realmente cincuenta días) ha sido muy útil: he reforzado los cuerpos, los he vestido, se han reposado y siempre he molestado al enemigo. De 2.000 infantes que tengo, los 1.400 son regulares y los demás así, así. De 400 caballos, los 200 son muy buenos…Tengo, además, en instrucción, 500 reclutas que se aumentarán hasta 800 para reemplazos…”
Incorporación se Cuenca a la República de Colombia
En Cabildo abierto, con la asistencia de los miembros de los cabildos civil y eclesiástico y con la participación de un buen número de integrantes se decidió, el 11 de abril, la incorporación de la provincia a la República de Colombia.
Sucre envió un oficio al Cabildo el 11 de abril agradeciendo y despidiéndose porque de inmediato continuará con su tarea de terminar con el dominio español. Dijo que mantenía el objetivo de asegurar la libertad que ya goza Cuenca, este don inestimable que tan justamente le han merecido la firmeza de su opinión y la grandeza de sus sacrificios. Sus autoridades sabrán mantener el orden y la tranquilidad como la deja y si fueran necesarios otros sacrificios la ciudad se prestará para ello, hasta concluir la obra de su independencia y felicidad. Añadió que pronto se sentirá la sabiduría y beneficio del gobierno colombiano cuando se entre en un clima de paz.
El Cabildo contestó al día siguiente enviando un oficio a Antonio José de Sucre en el que dijo: “Esta provincia se hallaba cabalmente tocado los extremos de su última ruina con la dominación de las armas españolas, cuando la Divina Providencia le presentó a la vista el lleno de todos sus consuelos; así fue que con el arribo de la División al mando de V.S. y evacuación de los enemigos, ha logrado reducirse a la gloriosa decisión de sacrificarse por la obra de su independencia y felicidad… En consecuencia, sírvase V.S. contar con nuestra dependencia personal y general para cuanto viere ser útil a la salvación de la Patria”.
(Fuente: Extractos tomados de la obra que está por publicarse: “1822: Año heroico”, del doctor Juan Cordero Iñiguez).