Lisboa.- Espacios que estaban abandonados, degradados o sucios se han convertido gracias al arte urbano en una oportunidad para devolver el baloncesto a las calles y unir de nuevo a las comunidades en torno a este deporte.
En «una de las mejores localizaciones», a orillas del río Tajo de Lisboa, existía una zona de estacionamiento donde aparcaban los trabajadores de los edificios próximos sus vehículos.
Ahora, está la pista de baloncesto de Alcántara, de 700 metros cuadrados, diseñada por un artista urbano y repleta de colores como el amarillo, el azul y el rojo, con una mesa de ping-pong y un saco de boxeo.
«Renovamos y rentabilizamos un espacio que ya existía dando mejores condiciones para que las personas se puedan beneficiar de ellas y no encuentren un espacio como el del pasado», explica en una entrevista con Efe el fundador y CEO de Hoopers, André Costa.
Su empresa nació con la idea de crear una plataforma tecnológica para la comunidad de baloncesto, donde las personas pueden descubrir un campo para jugar o conectar con amigos a los que también les gusta jugar.
Al preguntar en la calle, vieron que las canchas estaban en muchas ocasiones en mal estado, por lo que comenzaron a recuperar estos campos situados en espacios públicos con intervenciones de arte urbana.
«Al final no solo transforma la pista en algo más acogedor y divertido, sino que se vuelve a unir a las comunidades del baloncesto y se vuelve a traer a la calle, que era uno de nuestros objetivos», dice.
Las obras son diseñadas y pensadas por artistas locales e internacionales, personas «muy talentosas que están habituadas a trabajar en altura, en murales y paredes» y para las quienes supone «un gran desafío porque hablamos de áreas muy grandes», explica.
Desde finales de 2019 han recuperado más de diez campos por todo el país en ciudades como Lisboa o Braga -norte- y a lo largo de este año iniciarán su estrategia de internacionalización para ampliar su presencia en Portugal y abrirse a mercados como España.
LLEVAR EL DEPORTE A LA CALLE
Al igual que Hoopers, la Federación Portuguesa de Baloncesto (FPB) desarrolló desde 2019 junto a varios municipios la iniciativa ‘BasketArt’, con la que pretende tener por todo el país 80 campos de «3×3» a medio plazo.
Por ahora cuentan con 12 pistas y desde la Federación animan a más municipios a sumarse a la iniciativa para dar más espacio a la nueva modalidad olímpica «3×3», estrenada en los Juegos de Tokio 2020.
Las canchas también se construyen al aire libre y están pintadas por arte callejero que diseñan artistas locales.
«Nuestro objetivo es llevar el baloncesto y el deporte a la calle, en un espacio al aire libre abierto a todos», sostiene el presidente de la FPB, Manuel Fernandes.
NO SOLO ES BALONCESTO
Las pistas reciben muchas y variopintas visitas a lo largo del día. Desde familias o niños hasta jugadores profesionales de equipos como el Sporting o el Benfica, que entrenan o pasan tiempo con sus amigos.
Los usuarios van principalmente para jugar, pero también para bailar, hacer ejercicio, entrenar o incluso hacerse fotos con amigos.
Cada día Hoopers recibe multitud de fotografías a través de las redes sociales de las personas que comparten las imágenes. «Cuando terminamos el proyecto de Alcántara, me acuerdo de que las primeras en pasar fueron dos chicas sin pelota para solamente sacarse fotos», dice Costa.
«Nuestro proyecto consiguió traer nuevamente a las personas a la calle. Sin duda, tenemos cada vez más personas jugando cada día», zanja. EFE.