Hermes, Pavlov, Newton; causa-efecto, estímulo-respuesta; acción-reacción, la fenomenología es fundamental, pero lejos de usarse para explicar o argumentar, debería emplearse para aprender, prevenir y encausar; argumento que refiero cuando nuevamente un causa-efecto, estímulo-respuesta; acción-reacción nos convoca a una nueva oportunidad de elegir, ante el estímulo, nuestra respuesta: ¿linchamiento o aprendizaje?
Chris Rock bromea en el escenario, de pronto Will Smith se levanta camina hasta el escenario y lo golpea; el escenario está dispuesto, el debate nos convoca a argumentar: nada justifica la violencia, la violencia no se arregla con violencia, argumentos que, siendo reales, no son suficientes y vuelven el análisis, por decir lo menos, superficial e incompleto.
Smith bofetea a Rock, recuerdo cuando Zidane cabecea a Materazzi (¿lo recuerdan?). Pero ¿por qué el ganador del Oscar o el mejor jugador del mundial tiran por la borda lo construido para salir por la puerta chica? Recordemos que Zidane fue expulsado de un mundial en el que encarnó la idea “viejo es el viento y sigue soplando”; en tanto que Materazzi levantó la copa del mundo; hoy la Academia debate quitarle a Smith su merecida estatuilla.
Materazzi susurró, la provocación, al oído de Zidane, Rock usó la enfermedad de la esposa de Smith como argumento en un monólogo cómico; me pregunto si la provocación, expresión de violencia primigenia, que constituye el detonante de la respuesta que es acto de defensa ¿no debería ser en verdad el objetivo a censurar, corregir y erradicar?
La provocación es violencia premeditada y planificada, la defensa es acto espontáneo de respuesta, Materazzi buscaba provocar a Zidane, sacarlo del escenario por no poder controlarlo, Rock utiliza la violencia que procura disfrazar dentro de su monólogo, deberíamos censurar la provocación, tanto como la reacción, deberíamos detener la rueda de la violencia desde su primigenio impulso. (O)