Ciudad del Vaticano .- El papa Francisco ha reconocido las «virtudes heroicas» del obispo español Martino Fulgencio Elorza Legaristi y de la laica española Aurora Calvo, lo que implica el primer paso hacia los altares, informó hoy la Santa Sede.
Francisco firmó los decretos que reconoce sus «virtudes heroicas» durante una audiencia con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, impulsando así su proceso de canonización de ambos.
Aurora Calvo Hernández-Agero nació en 1901 y murió 1933 en Béjar, en la provincia española de Salamanca (centro), y es recordada por su sencillez y por la práctica de la humildad, del servicio a los pobres y a la veneración a Dios y a la Iglesia.
De familia profundamente cristiana, siente la necesidad de consagrarse como carmelita descalza pero decide rechazar la vida contemplativa para cuidar de su madre enferma. Muera a los 32 años de edad por una bronconeumonía.
También ha sido declarado «venerable» el obispo español Martino Fulgencio Elorza Legaristi, de la Congregación de la Pasión de Jesucristo, nacido el 30 de diciembre de 1899 en el municipio guipuzcoano de Elgueta y fallecido en 1966 en Lima, Perú.
Designado primer obispo en la prelatura peruana de Moyobamba, el monseñor se dedicó a la evangelización del país andino recorriendo sus parroquias tanto a pie, como en caballo o en canoa, e incluso iniciando la construcción de catedrales y nuevas villas.
El camino hacia los altares tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce «haber vivido las virtudes de manera heroica».
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, mientras que la canonización requiere un segundo milagro obrado «por intercesión» después de ser proclamado beato. EFE