La cerveza artesanal sube como la espuma en Cuenca

Hasta hace un lustro, muy pocos en Cuenca sabían lo que era una cerveza artesanal. No se hablaba de rubias, negras o rojas; no se decía que la receta de la bebida alcohólica era irlandesa, estadounidense o británica; no se preguntaba sobre los grados de alcohol.

Sin embargo, en estos dos últimos años, ha habido un crecimiento exponencial de personas dedicadas a hacer cerveza en sus viviendas, sea para consumo propio y familiar, o sea para ya comercializarlo.

Basta con ingresar a los restaurantes de la ciudad, en donde se exhiben un sinnúmero de botellas en cuyas etiquetas rezan sus nombres que se asemejan a la cultura de Ecuador, y a los que acompaña una frase: “cerveza artesanal”.

O también basta con investigar quién está detrás de la elaboración de la cerveza y preguntarle si conoce a otras personas dedicadas a lo mismo.

“Yo tuve un acercamiento bastante limitado porque en la ciudad, hasta hace unos años, no había cerveza artesanal. Pocos bares tenían. Pero tuve ese acercamiento y me gustaba buscar nuevas sensaciones, nuevos sabores”, dijo Carlos López.

Carlos es parte de ese “boom” cervecero y artesanal que se ha visto en Cuenca. Él, una vez que se declaró la emergencia sanitaria en Ecuador, dejó a un lado el gusto de ser solo la persona que prueba para ser la persona que hace.

Entonces se adentró en un proceso de aprendizaje y de muchas pruebas caseras que terminarían dándole una serie de productos cerveceros.

“Yo no me quedé con los kits o las recetas que se encuentra en internet. Tuve la curiosidad y modifiqué las recetas. Claro, todo fue en la cocina de mamá, como se dice, pero con el conocimiento pasé a otra etapa”, agregó Carlos, quien llamó a su cerveza Urku Brewing.

Leyendo y preguntando, Carlos se armó una pequeña planta en donde se cumplió la transición de un simple a hobby a un emprendimiento que está teniendo buenos resultados gracias a los distintos tipos de cerveza que elabora.

Propuestas

Aunque no hay un número real de cuántas personas están haciendo cerveza en el país, solo la Asociación de Cervecerías del Ecuador, hasta el 2020, tenía registrada por lo menos 230 marcas artesanales, cuya producción, en un 80 %, no superaba los 1.500 litros mensuales.

Pero se cree que la estadística es mayor. Por lo menos eso piensa Darwin Abad, quien es otro cuencano que en la pandemia empezó a hacer cerveza artesanal en su hogar.

Darwin Abad empezó a hacer cerveza una vez que se declaró la emergencia sanitaria en Ecuador.

“Hace seis años seguí un curso, pero no lo había puesto en práctica hasta que llegó la pandemia. Aproveché que estábamos encerrados para hacer pruebas. Todo fue prueba y error porque en la realidad hay que ver el sabor, la apariencia. Esto no es una cerveza de industria, sino una cerveza que tiene sus variedades”, dijo Darwin.

Las características de la bebida alcohólica, el contenido, la manera en cómo está hecha es lo que atrae a un público que hasta hace poco no sabía distinguir entre una y otra.

“Yo tengo una de café, tengo una cerveza de diez grados de alcohol basada en una receta rusa. Hemos hecho algunas variedades con frutos tradicionales. Todo es un agregado para darle otro valor a la cerveza”, acotó Darwin.

Con el “boom” de las cervezas artesanales, las ventas de ese tipo de bebidas aumentan. Muchos de los productores, una vez que encuentran su estilo, también encuentran un espacio con el que se generan ingresos económicos.

Una de las características de la cerveza artesanal son los ingredientes naturales que se usan.

Para ello, por ejemplo, en Azuay, se han organizado ferias y encuentros exclusivamente para exhibir y comercializar las cervezas artesanales. Las redes sociales, asimismo, han sido un canal importante en donde los productores dan sus primeros como vendedores.

Y, una vez que las bebidas empiezan a ser conocidas, las personas dedicadas a la elaboración de cervezas buscan levantar bares. Esto se puede ver en las zonas de alta afluencia de personas, como en San Sebastián, en la Remigio Crespo y en la Calle Larga.

Darwin y Carlos ya piensan que en algún momento tendrán su propio espacio para que las personas prueben sus cervezas.

En los restaurantes y bares de la ciudad hay una diversidad de cervezas artesanales.

“Si escribes cerveza artesanal en las redes sociales o te paseas por el Centro Histórico de Cuenca vas a encontrar un montón de propuestas. Lo mejor de esto es que cada uno tiene su propia identidad. Ya no es que todos compran la cerveza en la tienda, sino el público quiere otra variedad, otro sabor, quiere experimentar”, opinó Juan Carlos Urdiales, chef cuencano que consume cerveza artesanal. Con todos esos antecedentes, en los que pandemia ha tenido que ver, al parecer, la cerveza artesanal ha llegado a Cuenca para sumarse al sinfín de propuestas gastronómicas que sigue creciendo. (I)

Por.

Andrés Mazza

amazza@54.196.56.88

Fotos: Xavier Caivinagua Astudillo

El Mercurio-Cuenca

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba