Estados Unidos se comprometió este lunes a no hacer más ensayos con misiles antisatélite e instó a otros países a seguir su ejemplo, tras criticar las pruebas de ese tipo que han lanzado Rusia y China en los últimos años.
El anuncio que hizo la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, convierte a Estados Unidos en el primer país del mundo que prohíbe ese tipo de ensayos, que varias potencias han llevado a cabo hasta ahora para destruir sus propios satélites y artefactos en el espacio.
«Estos ensayos son temerarios y son irresponsables, además de poner en peligro muchas de las cosas que hacemos en el espacio», dijo Harris durante una visita a la base espacial Vandenberg, en California.
«Trabajaremos con otros países para convertir esto en una nueva norma internacional, para un comportamiento responsable en el espacio», añadió la vicepresidenta.
Estados Unidos busca así marcar un contraste con Rusia, que el pasado noviembre, al hacer una prueba con un misil antisatélite, generó «desechos peligrosos» que pusieron «en riesgo» a la Estación Espacial Internacional (EEI), denunció entonces la OTAN.
De acuerdo con el comando espacial estadounidense, el ensayo ruso generó más de 1.600 trozos de desechos, que «ahora orbitarán alrededor de la Tierra durante años o incluso décadas», afirmó Harris.
El Pentágono calcula que aún quedan otros 2.800 fragmentos de desechos generados por otro ensayo con misil antisatélite que China llevó a cabo hace 15 años con el objetivo de destruir un viejo satélite meteorológico, agregó la vicepresidenta.
Rusia, China, la India y Estados Unidos son los cuatro países del mundo que han destruido hasta ahora sus propios satélites en ensayos de este tipo.
El último que llevó a cabo Estados Unidos se produjo en 2008, cuando lanzó un misil táctico contra un satélite espía estadounidense que se precipitaba sobre la Tierra y cuyos gases tóxicos podrían haber causado daños para la población.
El Gobierno estadounidense subrayó que esos riesgos para la población terrestre distinguían su prueba de las de China y Rusia, a las que acusa de desarrollar esa tecnología para coartar los avances de Estados Unidos en el espacio y posiblemente para destruir satélites estadounidenses en el futuro.
«Una pieza de basura espacial del tamaño de un balón de baloncesto, que viaje a (una velocidad de) miles de millas por hora, podría destruir un satélite. Incluso un desecho del tamaño de un grano de arena podría provocar daños graves», recalcó este lunes Harris.
Estados Unidos creó en 2019 un comando del Pentágono dedicado a las operaciones en el espacio para contrarrestar la pujanza de China y Rusia en ese ámbito, que cada vez más expertos ven como un campo de batalla entre las grandes potencias. EFE